La DANA que golpeó la provincia de Valencia el 29 de octubre dejó tras de sí una región paralizada, con carreteras destrozadas, zonas inundadas y comunidades incomunicadas. Frente a esta catástrofe, el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Oscar Puente, ha logrado captar la atención no solo por la rapidez de las respuestas, sino por su capacidad para acercarse a las preocupaciones ciudadanas y actuar en consecuencia.
El desafío de la DANA: 160 kilómetros de destrucción
Los daños provocados por las lluvias torrenciales afectaron severamente a la red de carreteras de titularidad estatal, inutilizando vías clave como la A-3, A-7, N-3 y N-322. En tiempo récord, el Ministerio coordinó trabajos para recuperar la movilidad en todos los tramos afectados.
Con la reciente apertura de la N-322 sobre el río Magro, se han restablecido los 160 kilómetros dañados, un logro que no habría sido posible sin la movilización de más de 500 trabajadores y 250 máquinas operando día y noche.
Fondos extraordinarios para una recuperación sin precedentes
La magnitud de la tragedia ha llevado al Gobierno a movilizar 123 millones de euros, destinados a la reparación y reconstrucción de las infraestructuras afectadas. Este presupuesto incluye 94 millones aprobados en dos emergencias recientes, enfocados en la limpieza, reparación de taludes y reconstrucción de estructuras dañadas, como los pasos de la A-3 y A-7 sobre la rambla del Poyo.
Una gestión que prioriza la proximidad y la eficacia
Lo que distingue a Oscar Puente en esta crisis es su capacidad para conectar con las necesidades inmediatas de los ciudadanos. En un ejemplo reciente, un usuario de redes sociales reportó el problema de un paso subterráneo anegado. La respuesta del ministro no se hizo esperar: coordinó motobombas para desaguar el área y limpió los sumideros atascados.
Este tipo de actuaciones han generado comentarios positivos en redes sociales, donde se le reconoce por su atención inmediata. “Que un ministro conteste y, además, solucione un problema es lo que nos hace creer en la política”, opinó un ciudadano.
El camino hacia una movilidad resiliente
Aunque la respuesta inmediata ha sido destacable, la DANA ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de las infraestructuras valencianas frente a fenómenos extremos. Esto ha reavivado el debate sobre la necesidad de invertir en prevención y adaptación climática:
- Refuerzo de infraestructuras: Taludes, puentes y sistemas de drenaje deben modernizarse para soportar lluvias torrenciales.
- Planificación inteligente: Evitar construcciones en zonas inundables y fomentar un urbanismo sostenible.
- Sistemas de alerta mejorados: Garantizar una comunicación efectiva y rápida para minimizar los riesgos.
Conclusión: política que escucha y actúa
La gestión de Oscar Puente durante la crisis de la DANA no solo se ha centrado en restablecer la normalidad, sino en hacerlo de manera que los ciudadanos se sientan escuchados y respaldados.
En un contexto de desconfianza hacia las instituciones, ¿puede esta forma de actuar marcar el inicio de una política más humana y efectiva? ¿Estamos preparados para enfrentar el futuro con infraestructuras más resilientes y una planificación adecuada?