La tensa intervención del líder de Podemos, Pablo Iglesias, en el debate de investidura, en la que ha arremetido con dureza a izquierda y derecha, ha acabado con una llamada al orden del presidente del Congreso, Patxi López, sobre el insulto al adversario y el exceso de tiempo en la tribuna.
López ha reprendido a Iglesias por acusarle de haberle quitado la palabra en su réplica cuando había sido “extraordinariamente generoso” y le ha pedido que no utilice el insulto o la descalificación hacia sus adversarios políticos.
La tensa intervención del líder de Podemos, Pablo Iglesias, en el debate de investidura, en la que ha arremetido con dureza a izquierda y derecha, ha acabado con una “llamada al orden” del presidente del Congreso, Patxi López, sobre el insulto al adversario y el exceso de tiempo en la tribuna.
López ha reprendido a Iglesias por acusarle de haberle quitado la palabra en su réplica cuando había sido “extraordinariamente generoso” y le ha pedido que no utilice el insulto o la descalificación hacia sus adversarios políticos.
“No hagamos nada que pueda demostrar que no somos respetuosos. Sigamos por este debate en los senderos en los que estaba antes”, ha reclamado.
Minutos antes, Iglesias había comentado con sorna que López le hubiera tuteado, cuando él siempre se había dirigido a él con el usted, a lo que el presidente del Congreso le ha replicado con una “llamada al orden” simbólica, que no reglamentaria, para que bajara el tono.
López ha admitido que en la Cámara se puedan pronunciar palabras que transforman “en aplausos o abucheos” pero no se puede consentir es el “insulto ni la descalificación” ni tampoco “el grito por el grito”.
El presidente del Congreso se ha pronunciado así después de que Iglesias haya acusado al expresidente del Gobierno Felipe González de tener “manchadas las manos de cal viva” y haya llamado a Albert Rivera “jefe de escuadra” -en alusión a las juventudes de Falange- y “líder de komsomol”, la organización juvenil del Partido Comunista de la extinta Unión Soviética.
Asimismo, ha dicho que algunos dirigentes del PP son “hijos políticos del totalitarismo” y que este partido es “el de la corrupción”.