Soy afortunada“. Así comienza su columna de opinión publicada en el Huffington Post la actriz Renee Zellweger quien realizó una brutal descarga contra los periódicos sensacionalistas que hicieron referencia a sus cirugías de ojos en los últimos tiempos. Titulada “Podemos hacerlo mejor“, la artista norteamericana hace referencia a los valores que se manejan en la sociedad y a cómo son transmitidos por los medios.
Zellweger hace referencia a un artículo aparecido hace casi dos años, en octubre de 2014, en el que se mencionaba el supuesto retoque de la también productora de cine. “En nuestra actual cultura de transparencia no solicitada, ropa sucia televisada, pareciera que el valor de mantener la privacidad es una cualidad sospechosa“, indicó en su editorial, respondiendo a las críticas que se le hicieron por no contar “la vedad” acerca de sus operaciones plásticas.
Lo que preocupó a Zellweger no fue que su cirugía plástica se conociera, sino que se su historia fue utilizada, según dijo, para poner de manifiesto los nuevos valores que regían a las mujeres de la actualidad. “No es un secreto que el valor de las mujeres fuera medido historicamente por su apariencia“, ejemplifica la artista norteamericana. “Muy flaca, muy gorda, envejecida, mejor morocha, con celulitis, un estiramiento facial escandaloso, gordita o embarazada. Feos zapatos, feos pies, fea sonrisa, feas manos, feo vestido, fea carcajada“, continúa.
“El mensaje resultante es problemático para las generaciones jóvenes y las mentes impresionables“, señaló y añadió que eso puede tener consecuencias en los “prejuicios, conformidad, igualdad, propia aceptación, bullying y salud“. Para Zellweger “los juicios y la mala información no son inofensivos“. “Si saturan nuestra cultura, perpetúa un cruel e imprudente doble estándar, baja el nivel del discurso social y político, estandariza la crueldad como una norma social, e inunda a la gente con información que no interesa“, agregó.
Por último, dijo: “Quizás debamos debatir más acerca de por qué vemos de compartir colectivamente un apetito de ser testigos de personas humilladas por ataques por su apariencia y cómo impacta en generaciones más jóvenes“. “Quizás podamos debatir más sobre nuestros muchos desafíos sociales y cómo podemos hacerlo mejor“, concluyó.