El Péndulo | José Carlos Morenilla.- Santiago Posteguillo es un escritor valenciano impulsado por dos pasiones: el amor a la Literatura y su curiosidad por la antigua Roma.
La primera le ha conducido, a través de una sólida formación en Estados Unidos y Gran Bretaña, a ser profesor titular de la Universidad Jaume I de Castellón donde imparte clases de Literatura Inglesa. Su competencia en la traducción de textos revela otra de sus características personales: la capacidad de desmontar pieza a pieza un texto para volver a montarlo en otra lengua descubriendo todos los matices de su lengua originaria.
La segunda es fruto de un impacto emocional en su niñez. Visitando Roma de niño, alguien debió relatarle la grandeza que escondían aquellos vestigios de la que fue la civilización más importante de la antigüedad en occidente. Su curiosidad quedó archivada en esa mente privilegiada hasta que dio rienda suelta a su capacidad de trabajo y su ansia de escritor publicando dos trilogías donde desarrolla sus conocimientos e investigaciones sobre la antigua Roma. Casi seis mil páginas de una narrativa ágil y bien documentada que cualquier lector corre el riesgo de sentirse irremediablemente impulsado a leer si decide empezar por cualquiera de sus obras.
El último libro de la dedicada a Trajano, el emperador hispano, se entrega ahora publicada por Planeta con el título ‘La legión perdida’. Con este motivo lo entrevistamos:
José Carlos Morenilla: Es usted profesor de Literatura Inglesa, ¿cree que el inglés será el idioma común de la humanidad en el futuro?
Santiago Posteguillo: Sí, puede que sea el idioma de referencia con el que nos entendamos los unos con los otros, pero espero que no sea una lengua killer, es decir, que acabe con todas las demás. Además de ella, todos tendremos otras lenguas.
J.C.M.: ¿Cuál en su opinión es el motivo del auge de esta lengua? ¿Es mejor o más fácil de aprender?
S.P.: No. En el origen de la extensión e implantación de una lengua hay razones geopolíticas. Durante mucho tiempo, el Imperio Británico fue hegemónico en el mundo y a esta circunstancia, en 1948 se independizó la India de los británicos, le sucedió la influencia de los Estados Unidos a nivel mundial. Ahí está el origen de la extensión del inglés, no en su mayor o menor dificultad de aprendizaje.
Pensemos que con el crecimiento de la influencia de China, en todo el mundo surgen escuelas de chino y se aprende su idioma a pesar de ser muy difícil.
En la zona geográfica donde se desarrolla mi novela, el lenguaje común era el griego como resultado de las conquistas de Alejandro Magno y la influencia de la antigua Grecia.
J.C.M.: ¿Cree usted que cuando una lengua se deja de hablar, se pierde algo valioso?
S.P.: Sí. Por eso digo que, aunque hablemos lenguas comunes, debemos mantener las nuestras. Probablemente de las seis mil que habrán existido en el mundo, al final quedarán menos de quinientas, pero éstas sobrevivirán. Pero una cosa es preservar y otra imponer. Algunos han perdido completamente el norte, no se puede imponer una lengua. Preservar sí, imponer no.
J.C.M.: En su libro se hace un gran esfuerzo por la documentación de los hechos que relata, se ofrecen planos geográficos de la época y referencias bibliográficas, ¿hasta dónde le está permitido fabular a un escritor de novela histórica?
S.P.: Los hechos no pueden contradecirse. Si un suceso fue así, no puede contarse lo contrario. Pero si hay varias versiones sobre un hecho, el escritor puede elegir la que quiera. No está obligado a explicar que tal vez eso no fue así. Lo que está constatado debe respetarse. Eso obliga a un escritor de novela histórica a conocer y documentarse sobre el periodo en el que se desarrollan los hechos de su novela. Yo soy un profesor universitario, doctor aunque sea en otra disciplina, y reflejo esa forma de proceder en la investigación previa a la obra. Por eso el libro está tan documentado.
J.C.M.: Ha elegido para sus obras periodos y personajes donde Hispania tiene una enorme relevancia, la guerra contra Aníbal y Trajano, el emperador hispano…
S.P.: Sí, he querido destacar la importancia que tuvo España a nivel mundial, ahora que parece que ya no se habla tanto de nosotros en la esfera internacional. No ha sido algo casual. Trajano fue alguien decisivo en la reforma de las instituciones romanas y el futuro del imperio.
J.C.M.: Muestra un personaje, Trajano, al frente de un vasto imperio que parecía conocer muy bien las fronteras más lejanas y la situación política de los países que rodeaban a Roma tan lejos.
S.P.: Efectivamente estaba muy al tanto. Trajano era un militar con una preocupación primordial por la seguridad de Roma. Conocía lo que pasaba más allá de sus fronteras y la amenaza que de cada una de ellas podía sobrevenir.
J.C.M.: Con Trajano, aún sobrevivía el Senado, aquella institución republicana que figuraba bajo las águilas de las legiones romanas. Roma terminó pasando de ser una república a ser gobernada por un emperador, ¿perdió en el cambio?
S.P.: La república romana era una república especial. La gobernaban cónsules nombrados por un Senado que era la representación de la oligarquía dominante romana. La democracia, pues, era muy limitada. Con el imperio el poder pasó a un hombre sometiendo a su sociedad a los aciertos y errores de uno solo. Cuando el poder está repartido entre muchos, la probabilidad de evitar graves errores es mayor que si gobierna uno.
J.C.M.: En la época de Trajano, los legionarios ya eran soldados profesionales, ¿siempre fue así?
S.P.: No. Al principio de la historia de Roma, los jóvenes romanos tenían la obligación de cumplir un largo servicio militar. Pero en esa época ya habían pasado a ser profesionales, por eso las campañas suponían un enorme coste de financiación.
J.C.M.: ¿Cuál fue la clave del éxito de las legiones romanas?, ¿su tecnología, sus máquinas de guerra, sus formaciones?
S.P.: Además de su disciplina y su tecnología, pienso que fue decisiva su capacidad para organizar la logística que acompañaba al ejército en sus campañas. Los suministros, la forma de establecer sus campamentos, la capacidad para reaprovisionarse. Además, una vez conquistada una zona, procuraban mantenerla comunicada con Roma mediante calzadas y puentes por los que las legiones pudieran desplazarse rápidamente a los lugares más remotos. Luego, estaba la disciplina y la organización en la batalla. Si recordamos el principio de la película ‘Gladiator’, veremos la diferencia en el modo de combatir a sus enemigos. Unos eran una horda desorganizada, los romanos un ejército ordenado.
J.C.M.: Como escritor de éxito, tiene que acudir a entrevistas, gana premios, ha de viajar a presentaciones, conferencias… ¿cómo lo llevan sus alumnos? Estarán un poco celosos porque quieren a su profesor para ellos solos, ¿no?
S.P.: No creas. De vez en cuando les va bien tener una clase libre. Hoy tienen tarea. Han de leer una obra clásica inglesa que mañana comentaremos en una puesta en común en el aula.
Que mis clases de las asignaturas obligatorias estén llenas no tiene mérito, pero me enorgullece que en aquellas asignaturas de libre elección mis clases también estén llenas y con lista de espera.
J.C.M.: Al final de estas dos trilogías, han sido miles de páginas; horas de trabajo e investigación; correcciones, documentación, bibliografía, mapas, etc…, si lo hubiera sabido antes de empezar, ¿lo habría hecho?
S.P.: Pues no lo sé. Me lo pensaría. Ha sido mucho tiempo y esfuerzo. De todas formas, el escribir es algo que no voy a dejar de hacer. Ahora me apetece algo que termine en la última página del libro y que me permita la libertad de seguir escribiendo de lo que quiera después.
Este es Santiago Posteguillo. Algunos han dicho de él que es un escritor de éxito que podría vivir tranquilamente de sus derechos de autor y aún se esfuerza en seguir dando clase cada día. Yo pienso todo lo contrario, es un profesor querido por sus alumnos, implicado en poner en cada uno de ellos el germen del amor al estudio, al conocimiento, al esfuerzo intelectual y a la Literatura…, y además, alguien que escribe con pasión dando ejemplo del amor que enseña.