La puntuación: en todas las regatas el sistema de puntuación suele ser el mismo. Al primero de una prueba se le da 1 punto, al segundo 2, al tercero 3, y así sucesivamente. Al final de todas las pruebas el que menos puntos tiene es el ganador. Todos los barcos que toman la salida cuentan. Así si llegas el último y ese día participaban diez barcos te apuntas un diez, pero si participaron sólo siete porque tres no pudieron acudir te apuntas un siete.
Foto: Guillermo Baixauli.
En esta regata, además era posible descartar un prueba, normalmente la peor, pero…, no se podía descartar la regata costera por su trascendencia. Además esa prueba tenía un plus en la clasificación, cada puesto valía 1,2. El todopoderoso Hurakan llegó el catorce de 21. Total 16,8 puntos en contra. El primero en esta prueba fue el Koyama, británico, y el segundo, Natalia, rumano y patroneado por una mujer que además era la que se mantuvo al timón en toda la competición. Hurakan necesitaba ganar todas las demás pruebas y que estos dos barcos no quedaran entre los primeros.
Foto: Guillermo Baixauli.
Ese era el guión hasta la última prueba en la mañana del domingo. Hurakan partió en cabeza de la flota casi desde la salida. Cuando faltaba la mitad de un tramo el viento cayo hasta quedar apenas una leve brisa. Arrastrándose lentamente, pero con más velocidad que los demás vimos a Hurakan cruza la meta con sus velas colgando lastimosamente. Nos preparamos para una larga espera, tal vez hasta media hora, para ver llegar a sus competidores. Natalia y Koyama estaban entre ellos con pocas posibilidades. Pero de repente sucedió lo imprevisto, que en el mar debe ser prudentemente esperado, el viento se puso a soplar desaforadamente. A quienes estaban distraídos y aburridos les pilló por sorpresa y tuvieron problemas para controlar sus velas salvajemente empujadas. No así el Natalia, que supo aprovechar hasta el último suspiro del vendaval. Apenas ocho minutos minutos después del Hurakan entraba en meta. Sus tripulación se abrazó alborozada, con ese tiempo sabían que ganaban. Efectivamente, al comptar el tiempo compensado por su medición, no sólo le ganó esta prueba sino también la clasificación general.
…parados en la calma total.
En el grupo B, el de los pequeños, el Fyord-Valencia Luxury, que también había hecho una mala regata costera, estaba a dos puntos de entrar en el podio. Comenzó la prueba con mucha ventaja sobre los que le precedían en la clasificación general. El podio parecía al alcance de la mano, pero esta prueba tenía un hándicap, debía terminar a las 15:00. Con la caída del viento, llegada la hora aún les faltaba un largo. El Comité de Regatas, siguiendo las reglas preestablecidas, la anuló. Quedaron cuartos, no pudieron, pues, subir al podio a recoger su trofeo de manos de la Reina. Magnífico trabajo el del barco campeón autonómico, que se topó con el peor día meteorológicamente hablando, para afrontar su prueba más difícil. Sin esos 14,4 puntos del primer día hubieran alcanzado tal vez el segundo puesto de la general, pues aquí el Movistar de Pedro Campos no dio opción a nadie.
Hurakan entrando poco a poco con las velas colgando.
Así que el barco rumano Natalia, con Natalia Braloiu al timón fue el campeón de la clase A y Movistar con Pedro Campos en la Clase B. En la combinada que proclamaba el campeón absoluto del Trofeo de SM la Reina, fue el Brujo de Federico Linares el campeón.
La entrega de trofeos: acudió SM la Reina Doña Sofía como estaba previsto. Sola. Sin ningún otro miembro ni personal destacado de la Casa Real. Desde que bajó del vehículo que la traía, regaló sonrisas y fue aplaudida permanentemente por los allí reunidos. Fue generosa en los saludos. Cuando algún galardonado se le acercaba temeroso de no saber cómo comportarse, ella se adelantaba y le ofrecía su mano y su sonrisa. Se mostró complacida en la media hora que duró la entrega de trofeos. Se interesó por algunos detalles del triunfo de Natalia y mantuvo una breve conversación con ella al entregarle el trofeo. Antes de marcharse estrechó algunas manos, y se paró a saludar a los miembros de las dotaciones de la guardia civil del mar que tienen su base en el Club Náutico.
SM La Reina Doña Sofía, con la Guardia Civil del mar.
Una actuación amable que recibió el cariño y la admiración de todos. De no haber venido a esta entrega de trofeos, se hubieran producido los lógicos comentarios sobre la muy distinta atención que se prodigará a partir de ahora estas competiciones. Doña Sofía deja un listón muy alto entre los amantes del deporte de la vela.
SM la Reina Doña Sofía, entregando el trofeo a Natalia.
El Real Club Náutico de Valencia: al organizador de este evento hay que agradecerle su experiencia y esfuerzo para que todo saliera bien. Su Junta Directiva, que apenas lleva tres meses en el cargo, ha derrochado amabilidad, diligencia y eficacia, para organizar una regata de tan alto nivel con un presupuesto casi nulo, con unos patrocinios más entusiastas que efectivos. Los socios del club, no olvidemos que esto es una entidad privada sin ánimo de lucro que se sustenta exclusivamente con las cuotas de sus socios, han prestado sus barcos para que visitantes y periodistas pudiéramos seguir las pruebas, y algunos miembros de la directiva se han puesto al timón para ahorrar los costes de patrones profesionales. Un ejemplo de austeridad, eficiencia y esfuerzo.
Foto: Guillermo Baixauli.
Ellos han sido los auténticos ganadores de este trofeo. ¡Bravo!
VLC Noticias | José Carlos Morenilla. Fotos: José Carlos Morenilla y Guillermo Baixauli