El Servicio de Seguridad tomó esa decisión a petición del Ministerio de Cultura, que incluyó al artista francés en una lista negra de casi 600 personalidades que apoyan a Rusia y “la violación de la integridad territorial del país”
Ucrania prohibió la entrada por un período de cinco años al actor Gerard Depardieu, quien puso en duda en varias ocasiones la soberanía ucraniana tras recibir la ciudadanía rusa en enero de 2013.
Depardieu proclamó en agosto de 2014 durante un festival de cine en Letonia: “Amo a Rusia y a Ucrania, que es parte de Rusia”. Además, en otras ocasiones ha defendido sin tapujos la anexión rusa de la península de Crimea –en marzo de 2014–, que fue condenada unánimemente por la comunidad internacional. “Adoro Ucrania y sé que si Crimea fuera estadounidense, la situación sería diferente”, dijo en mayo pasado durante la última edición del Festival de Cannes.
Depardieu, de 66 años, viajó en varias ocasiones a Ucrania cuando su presidente era Víctor Yúschenko (2005-2010), enemigo acérrimo del Kremlin y partidario del ingreso del país en la OTAN, e incluso descansó en la residencia presidencial.
Entonces, anunció planes de abrir un restaurante en Kiev, de comprar viñedos en Crimea y de protagonizar una película sobre el cabecilla cosaco Tarás Bulba, película que debía ser dirigida por el cineasta ucraniano Víctor Gres.
Las cosas cambiaron en 2012, cuando Depardieu decidió renunciar a la ciudadanía francesa después de que el gobierno de Francois Hollande decidiera subir los impuestos a los más ricos.
El presidente ruso, Vladimir Putin, le concedió la ciudadanía por el trámite de urgencia en enero de 2013, tras lo que se empadronó en la ciudad de Saransk, capital de la República de Mordovia, y participó en varios proyectos televisivos y cinematográficos.
Aunque únicamente visita Rusia esporádicamente, el protagonista de películas como Cyrano de Bergerac, Novecento o Asterix y Obelix aprovecha cualquier ocasión para expresar su admiración por Putin.
El actor también fue acusado en su momento por Georgia de violar la legislación nacional al visitar la región separatista georgiana de Abjasia, cuya independencia ha sido reconocida por el Kremlin.