Más de un centenar de personas se han manifestado pacíficamente este martes en el condado de St. Louis exigiendo la detención del agente de Policía Darren Wilson, que disparó y mató a Michael Brown, un adolescente negro que se encontraba desarmado en la localidad de Ferguson, Misuri, hace casi tres semanas.
Al caer la noche, un pequeño grupo de unas 30 personas continuaron con la marcha en una zona que ya se ha convertido en el centro de las protestas desde la muerte de Brown, de 18 años de edad. Sin embargo, en esta ocasión, el ambiente ha estado calmado y la presencia policial ha sido limitada.
La muerte de Brown el pasado 9 de agosto provocó una serie de disturbios raciales y protestas de organizaciones de defensa de los derechos civiles que denuncian el tratamiento de las fuerzas de seguridad a los negros, un punto de vista que choca con el de los defensores de Wilson, que argumentan que los medios de comunicación dan una visión sesgada del suceso.
El funeral del joven tuvo lugar el pasado lunes en el Friendly Temple Missionary, una iglesia baptista con capacidad para 2.500 personas que se vio sobrepasada por la cantidad de gente que asistió al evento.
El cadáver de Brown yació en un ataúd cerrado sobre el que la familia colocó la gorra de los Saint Louis Cardinall, su equipo de béisbol favorido, que llevaba cuando murió. Alrededor varias coronas de flores y fotografías suyas. “No hay un adiós, siempre estarás en nuestros corazones”, se podía leer en una de las imágenes.
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