Hace pocos días, un grupo de vecinos de la ciudad de Valencia contemplaba sorprendido cómo pasaba por delante de sus ojos un carruaje funerario aparentemente del siglo XIX, con sus conductores ataviados con la indumentaria de la época y los equinos engalanados con plumas sobre sus cabezas.
Se preguntaban estos vecinos si veían el rodaje de una película pero, no viendo cámara alguna, inquirieron a quienes conducían el carruaje sobre la naturaleza u objeto de aquella escena, respondiéndoles éstos con un escueto “somos un servicio de enterramiento”.
Así es. La idea ha partido de un emprendedor valenciano, Paco Torromeu, quien ha montado la empresa Carruajes Funerarios Valencia hace unas semanas y que ofrece los servicios para realizar el entierro con este particular modo de desplazamiento tirado a caballos.
Con esta iniciativa se recupera una actividad que tenía lugar en la década de los 50 del pasado siglo y ya se puede ver de nuevo en las calles de Londres, París y Barcelona.
Torromeu explica que “el interior de la zona donde va el féretro está equipado con los accesorios necesarios homologados: desde los caballos entrenados para estos servicios de alto nivel, ataviados con plumeros negros y mantas de gala, hasta el cochero y el lacayo, vestidos con la indumentaria propia. El servicio se puede prestar con dos -con 600 euros de coste- o cuatro caballos -a 1.000 euros-”.
Los servicios incluyen el transporte en carruaje con el cochero y el lacayo, de acompañante, y se puede realizar en cualquier población de Valencia, incluida la capital donde la empresa dispone de los permisos necesarios”.
Con la puesta en marcha de esta modalidad, quienes apuesten por esta modalidad darán al finado un entierro de época.