El esperado informe del Senado sobre las brutales técnicas de tortura que la CIA usó para interrogar a sospechosos de terrorismo, ya salió a la luz. El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, pidió la semana pasada que se pospusiera la publicación de dicho documento, que curiosamente no incluye la palabra ‘tortura’, porque podría desencadenar una nueva ola de violencia y poner en peligro la vida de los rehenes estadounidenses.
“¿John Kerry está sugiriendo que ninguno de los radicales que combaten en el Oriente Medio conocía las torturas de la CIA? ¡Pero bueno! ¿Cómo es eso posible, si muchos de ellos fueron torturados?”, cuestionó el exanalista de la CIA, Ray McGovern, en el programa de RT en inglés ‘In the Now’.
En agosto de 2002 “se dio a conocer una lista de técnicas que salieron directamente del manual de la Gestapo“, policía secreta de la Alemania nazi, destacó McGovern, refiriéndose a unos memorandos de la tortura publicados entonces. “Hablo en serio, el manual del Gestapo menciona el ‘Verschärfte Vernehmung’, es decir, el ‘interrogatorio intensificado’, y las técnicas eran prácticamente las mismas”, apuntó el exanalista.
La CIA, agregó McGovern, mintió tanto al Congreso como al Departamento de Justicia. En su opinión, lo peor de todo es que los documentos concluyen en que no se torturó con el fin de obtener información precisa, sino para encontrar pruebas que permitieran a George W. Bush y a su vicepresidente, Dick Cheney, mostrar que había un vínculo entre Al Qaeda y Saddam Hussein. “Como resultado, el 69% de los estadounidenses creyeron que Saddam Hussein e Irak estuvieron involucrados en el 11-S”, lamentó McGovern.
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