El Péndulo | Redacción.- El melómano americano Doug Lynn donó un piano vertical espineta, firmado en su bastidor por José Iturbi, a la Diputación de Valencia. El instrumento, depositado actualmente en el Centre Cultural La Beneficència, será expuesto al público cuando finalicen los trabajos de restauración, afinación y puesta a punto.
El instrumento es el piano de prácticas que utilizó José Iturbi durante su estancia en el Hotel Plaza de Nueva York para preparar varios conciertos con la Orquesta Filarmónica de la que era director.
Doug Lynn se puso en contacto con la Diputación, a través del correode contacto facilitado en la web institucional para solicitar información relacionada con el Concurso Internacional de Piano de Valencia “Premio Iturbi”, cuya décima novena edición será disputada el próximo mes de septiembre.
Hasta llegar al hogar de Lynn, el piano espineta rubricado por el maestro valenciano vivió un periplo digno del Hollywood que tanto admiró a Iturbi. Prueba de su fama en la meca del cine es la estrella que lleva su nombre, la número 6.834 del Hollywood Boulevard, el conocido Paseo de la Fama.
Del Hotel Plaza de Nueva York a Connecticut
La historia del piano arranca en los años 30. La empresa Baldwin cedió un espineta al Hotel Plaza de Nueva York donde se hospedaba José Iturbi para que el célebre músico ensayara sus conciertos. Tras su estancia en la suite de ensayos, Iturbi firmó en el bastidor en agradecimiento al gesto de la empresa de pianos Baldwin.
El relato continúa con el jefe de ventas de Baldwin y representante de artistas, Jack Roman, quien entabló amistad con la familia Bernheim durante unos meses de trabajo en el Gran Cañón. Ambos, Roman y los Bernheim, compartieron numerosas veladas musicales y, con el tiempo, los Bernheim decidieron comprar el piano en cuestión.
Pasados unos años, ya en la década de los 70, Charles Bernheim hijo decide vender el piano a Denny y Peggy Hatch, un matrimonio de Stamford Connecticut que años después decidirá mudarse a Philadelphia.
Según relata el propio Denny Hatch, “el piano no cabía en el nuevo domicilio” y decidieron venderlo a sus vecinos de Stamford, los Lynn, cuyo hijo Doug es el último propietario del piano y quien ha decidido donar la magnífica pieza a la Diputación de Valencia.