Donde algunos ven una original decoración navideña, otros ven un provocativo (y ofensivo) juguete sexual de plástico verde (más concretamente un moderno falo). Es por esto que el obelisco vegetal levantado por el artista estadounidense Paul McCarthy ha cosechado tantos detractores, incluido algún crítico que agredió al autor físicamente.
El hecho de que se trate de una obra efímera quizás alivie a los que se han escandalizado al encontrarse con un árbol verde de contornos ambiguos en medio de la lujosa Plaza Vendôme de París.
El escultor, conocido por sus obras provocadoras, fue atacado por un transeúnte indignado poco después de haber instalado su escultura. El atacante lo golpeó varias veces en la cara mientras le reprochaba que no era francés y que su obra no tenía nada que ver con esta plaza sagrada llena de joyerías de lujo y hoteles.
Las formas fálicas del arbusto y el incidente le han dado aún más publicidad a la obra y a su artista, para disgusto de los conservadores galos.
Las redes sociales también se han hecho eco de las críticas, en donde la definieron como una obra “anal de 24 metros” que “desfigura la Place Vendôme”. “París, humillada”, añaden otros usuarios en esa red social.
La obra era un encargo de la FIAC, la Feria Internacional de Arte Contemporáneo, que se celebra del 23 al 26 de octubre en la capital francesa. Otro exaltado llamó a los organizadores del evento para denunciar “la perversión de un símbolo sagrado como es el árbol de Navidad” y exigió que fuera retirado, bajo la amenaza de atrincherarse junto al juguete sexual si éste no desaparece pronto.
VCNoticias|Redacción