José Carlos Morenilla
Analista literario
De ser cierto lo que dicen las estadísticas, los habitantes de Valencia utilizamos cada vez más la bicicleta como vehículo para desplazarnos por nuestra ciudad. No cabe duda d que para que tal cosa haya sido posible ha influido poderosamente el servicio de Valenbisi y los muchos kilómetros de carril bici que se han construido.
Como usuario entusiasta de este método de transporte urbano, pretendo realizar una serie de reportajes en los que se muestre en el tiempo recomendado de media hora, qué lugares, monumentos, jardines y establecimientos de todo tipo podemos encontrar en cada trayecto. De los beneficios para la salud que reporta montar en bicicleta, hablaremos en alguna ocasión y recomendaremos literatura que tenga esta actividad como leitmotiv, pero, por ahora, baste con encontrar los recorridos que puedan ser escogidos para dedicarles tiempo los Domingos en nuestros ratos de ocio.
Campanar
Este barrio de Valencia hoy, no hace mucho era un pequeño pueblo en el que se iniciaba el camino hacia las poblaciones de las orillas del Turia. Aún se conserva la plaza rodeada de enormes plataneros a la puerta de su Iglesia. Es nuestro punto de partida. Andando junto al campanario accedemos a una placita moderna donde en medio de un jardín hay una estación de bicicletas de Valenbici. Es la plaza de Badajoz. Pedaleamos hacia el oeste hasta incorporarnos al carril bici que comienza en la avenida Maestro Rodrigo que cruzaremos. A la otra parte recorreremos la calle que la ciudad dedica al escultor valenciano Miquel Navarro. Es muy pequeña pero muy bonita con árboles flanqueando el carril y tapias de donde sobresalen jazmines y bugambilias. Parece que la hayan escogido como muestra de la parte de su obra que se expone en el Museo del IVAM. Ciudades en miniatura con centenares de pequeñas piezas que simulan edificios y avenidas. Si hubieran atendido a los monumentos diseñados por él conocidos como ‘El Parotet’, ‘La Pantera Rosa’ o ‘Almasil’ hubieran tenido que dedicarle una avenida con muchos carriles. (foto1 ó 2)
En una placita con un enorme ficus que da sombra a un grupo de bancos de piedra, encontramos una bifurcación. Si giramos a la derecha entraremos en un barrio de edificios muy modernos y nuevos donde suelen pasear los domingos familias de jóvenes padres con niños pequeños. A unos doscientos metros y a la derecha junto al carril encontraremos una casa antigua, perfectamente restaurada, que contrasta con el resto de los edificios. Es el Pouet. En su día fue motivo de movilizaciones de ciudadanos que pretendían y consiguieron que esta edificación que albergaba un antiguo pozo en medio de lo que era la huerta de Valencia se salvara. Verán una casa típica de campesinos que albergaba un pozo en el patio que constituía su centro vital ya que al exterior apenas tiene pequeñas ventanas y una puerta para carruajes. Ahora, es una dependencia municipal que permanece cerrada los domingos.
Volviendo sobre nuestros pasos a la bifurcación del árbol grande, seguimos lo que habría sido el giro a la izquierda. Ahí empezamos a recorrer la avenida de los Tamarindos, que aunque flanqueada por arboles al principio, no creo que se trate de tamarindos aunque mis conocimientos botánicos no me permiten afirmarlo. A unas pocas pedaladas encontraremos un bodegón que abre los domingos. Se trata de un local con mesas de madera que las vísperas acoge a grupos numerosos de jóvenes y donde se puede almorzar por un precio razonable. Un poco más allá hay una pastelería donde los más refinados pueden tomar té con pastas.
Nos detenemos en el semáforo que cruza la calle Valle de la Ballestera. Antes de cruzarla a la derecha está la frutería El Pouet que los domingos hace horario de oficina, de 9 a 2 y de 4 a 7. Allí, Ramón que es un profesional de toda la vida nos venderá y explicará las propiedades nutritivas de frutas y verduras. A la izquierda veremos el hospital Nou D’octubre.
Cruzando la calle, sigue el carril rodeado por un seto a ambos lados que lo protege y desemboca en la avenida Tirso de Molina junto al largo jardín del Turia. Allí encontraremos otra estación de Valenbici donde aparcar. Frente a nosotros está el supermercado Carrefour, el parque de cabecera, o un poco más allá el Biopark. Hayámonos decidido por la compras, el jardín o los leones, podemos retornar por el mismo camino a nuestro punto de partida.