El Péndulo | Redacción.- El Festival Sete Sóis Sete Luas pone en marcha todos los años una formación orquestal que representa el espíritu de cooperación y fusión cultural entre los países integrantes de la red de 33 ciudades que lo conforman.
Este jueves, 14 de agosto, es el turno de la producción original de esta edición, Vibra-Sóis Orquestra: las diversas almas del Mediterráneo dan vida a este proyecto donde se celebra y armoniza en el mismo espectáculo fado, morna, tradición occitana, valenciana y toscana.
La dirección musical de este grupo que acoge músicos de Croacia, Francia, Italia, Portugal y Valencia es del gran gigante del fado luso Custódio Castelo, colaborador de, entre otros, Amália Rodrigues, Cristina Branco y los Rolling Stones. Esta no es la primera ocasión en que este gran virtuoso de la guitarra portuguesa visita Tavernes de Valldigna. De hecho, la programación de fado en la capital de La Safor se ha consolidado a lo largo de los años con la programación de conciertos de, entre otros, Teresa Salgueiro y Ana Lains.
El repertorio musical de la Vibra-Sóis Orqestra es un fascinante viaje a través de las historias musicales de los respectivos lugares de origen de sus intérpretes, con revisitaciones y creaciones originales inspiradas en sus raíces culturales.
La voz masculina de la formación es la del valenciano Carles Dénia, y entre los músicos involucrados en el proyecto se hallan figuras de gran calidad, como Jean Marie Frederic, procedente del sur de Francia, y Carlos Menezes, de Portugal.
La cita será a las 22:30 horas en la plaza La Goleta de Tavernes de Valldigna.
El Festival Sete Sóis Sete Luas nació de la curiosidad y de la audacia de un grupo de estudiantes italianos del Instituto de Pontedera. Este grupo de jóvenes soñadores, apasionados de las artes escénicas, funda en 1987 el grupo teatral Immagini. Varios de entre ellos, en 1991, empujados por el deseo de traspasar las fronteras italianas, se encaminan hacia El Alentejo (Portugal). Allí realizaron diferentes espectáculos con éxito y tomaron contacto con José Saramago, al que invitaron a Pontedera.
El escritor portugués no solamente aceptó la invitación, sino que en 1993 les concedió los derechos de autor de su libro ‘Memorial del convento’, para Italia. A partir de ese momento, se inició un intercambio cultural rico y original entre Italia y Portugal. Hasta la fecha se han ido adhiriendo otros 11 países: Brasil, Cabo Verde, Croacia, Eslovenia, España, Francia, Grecia, Israel, Marruecos, Rumanía y Túnez, siempre privilegiando las localidades periféricas y no los grandes centros poblacionales.