Chisako Kakehi, de 67 años, fue arrestada por la muerte de su cuarto esposo: había restos de cianuro en la autopsia. La investigación reveló quebuscaba más víctimas y cuál fue el móvil de sus crímenes
La “viuda negra” japonesa, sospechosa de haber asesinado a seis de sus compañeros sentimentales, entre ellos, cuatro maridos, para quedarse con sus fortunas, buscaba nuevas víctimas, difundió este viernes la prensa local.
Chisako Kakehi, de 67 años, fue arrestada el miércoles por la muerte en diciembre de 2013 de Isao Kakehi, su cuarto esposo, de 75 años, en un caso que lleva varios días siendo la comidilla de los medios de comunicación nipones.
KAKEHI HEREDÓ 8.400.000 DÓLARES, PERO LOS PERDIÓ EN NEGOCIOS FRACASADOSTras constatar que su anterior novio había muerto en septiembre de 2013, también de manera súbita, tras una cena en pareja, la policía decidió hacer una autopsia al cuarto marido y el examen reveló trazas de cianuro en la sangre del difunto.
La policía investiga ahora si la viuda no tuvo también algo que ver con las misteriosas muertes de tres de sus anteriores maridos, y de dos compañeros sentimentales más.
Según el periódico Asahi, que cita a fuentes policiales, a lo largo de dos décadas la acusadamantuvo relaciones con una decena de hombres, de los cuales siete pasaron a mejor vida.
Kakehi niega estar involucrada en la muerte de siete de sus diez parejas en los últimos 20 años
A la mayoría los había conocido a través de agencias matrimoniales, en las que buscaba hombres ancianos, ricos, sin hijos y que vivieran solos. Entre las especificaciones, Chisako Kakehi también prefería aquellos “con alguna enfermedad”.
A lo largo de los años y tras la defunción de sus compañeros, esta supuesta viuda negra, que niega rotundamente estar envuelta en los decesos, ha heredado un 1.000 millones de yenes (8,4 millones de dólares) en seguros de vida, bienes inmuebles y depósitos bancarios, según la prensa japonesa.
KAKEHI BUSCABA HOMBRES ANCIANOS, RICOS, SIN HIJOS Y QUE VIVIERAN SOLOS
La anciana, empleada de banco, que tenía decenas de cuentas bancarias bajo distintos nombres, había perdido buena parte de su fortuna en productos financieros que habían salido mal, explicó el diario Yomiuri y cuando se casó con el último marido, Kakehi, estaba endeudada hasta el cuello, explicaba la agencia Jiji.
Según el periódico Nikkan Sports Daily, cuando el último de sus maridos murió, la acusada ya mantenía relaciones con otros hombres, posiblemente buscando entre ellos a futuras víctimas.