Javier Furió
Diseñador gráfico y web
Es magnífico comprobar cómo algunos de los artistas más brillantes del panorama cinematográfico nacional -que suelen no coincidir con los más afamados y/o laureados- ejercen ya no sólo de excelentes retratistas de un hecho puntual, sino como ocurre en este caso, de certero vaticinador de la actual situación económica.
Por eso es una excelente ocasión que no puedo dejar pasar, compartir de nuevo un vídeo cuya existencia ya conocía hace unos años pero, y he aquí el detalle reseñable, recuerdo perfectamente no haber estado del todo de acuerdo entonces… Cómo puede cambiar la visión existencial de una persona en apenas cinco años…
‘100 monedas y 10 peones‘ es un extracto de la película ‘Concursante‘ (Rodrigo Cortés, 2005), protagonizado por Chete Lera y Leonardo Sbaraglia e integrado en el guión para entender de una forma sencilla y clara la forma en la que tu banco se puede quedar con tu casa y todos tus bienes, y aún así, le debas dinero. Un argumento realmente premonitorio, avanzado a su tiempo aunque el envoltorio temático fuera entonces el famoso ‘Corralito’ argentino. Siete años después, la historia se repite.
httpv://youtu.be/6RvbiRW-5wk
La triste paradoja reside en cómo a pesar de saber a ciencia cierta de este tipo de problemas, surgidos de la reacción nerviosa, casi histérica, de la banca ante un batacazo propiciado por su propia avaricia, seguimos buscando culpables por doquier y echándonos, como tristemente hicieron nuestros ancestros más de medio siglo atrás, mutuamente las sentencias. La verdad, en este caso, no se encuentra en el punto medio, sino fuera de todo panorama público. Y no es por casualidad: la maquinaria política, con su aparato propagandístico alojado en el seno de los poderes mediáticos -los que venden ejemplares y revientan audiencias casi por castigo-, tiene muy aprendida la forma más eficiente de desviar la atención hacia otro lugar.
Y me da por recordar al magistral dúo formado por Robert de Niro y Dustin Hoffman en ‘Cortina de Humo’. El matrimonio cuasi perfecto entre el tiburón del morbo y el estirado gerifalte de gabinete del presidente. Inventarse una guerra en un país igualmente inventado y colocar una figura enternecedora en ella para llevarse la mirada de la audiencia ‘hacia otro lugar’ es sin duda fantasioso, pero quizá no tanto como olvidar qué colectivo profesional ha sido el único cuya integridad se ha salvaguardado a toda costa desde el Gobierno siendo además el principal causante de la burbuja que nos ha colocado donde estamos. Rodrigo, Chete, Leonardo… aunque no haya servido para nada, gracias.