Artículo del Cónsul General turco Güçlü Kalafat con motivo del 3er aniversario del intento de golpe de Estado en Turquía
La Organización Terrorista de Fetullah Gülen, conocida por las siglas de FETO, es una estructura clandestina, criminal y terrorista cuyo líder es Fetullah Gülen.
Para comprender la amenaza a la seguridad que representa la red criminal de Gülen, debe analizarse la enormidad de sus acciones, principalmente el intento de golpe de Estado del 15 de julio de hace tres años, y el trauma resultante que ha experimentado la nación turca.
Los discípulos de Gülen dentro de las fuerzas armadas no evitaron usar la fuerza militar letal contra civiles inocentes, matando a 251 e hiriendo a miles. Intentaron asesinar al presidente de la República de Turquía. Atacaron el vehículo del Primer Ministro y bombardearon la Gran Asamblea Nacional. El Complejo Presidencial, los edificios de la Organización Nacional de Inteligencia y los departamentos de la Policía Nacional de Turquía fueron atacados. Cientos de civiles que protestaban por el intento de golpe de Estado en Ankara y Estambul fueron tiroteados.
Todas las pruebas recopiladas hasta el momento a lo largo de las investigaciones y juicios demuestran que el ataque terrorista más sangriento en la historia de Turquía fue orquestado por FETO bajo las instrucciones de Fetullah Gülen. Existen extensas pruebas objetivas que incluyen secuencias de video, materiales digitales reunidos en la Base Aérea de Akıncı (el centro de operaciones de los organizadores del golpe), comunicaciones satelitales entre los golpistas, confesiones de miembros de FETO que participaron activamente en el intento de golpe de Estado y declaraciones de aquellos oficiales turcos que resistieron contra el intento de golpe.
Sin embargo, juzgar las obras de Fetullah Gülen y FETO sólo con lo que ocurrió el 15 de julio sería un error. Los crímenes cometidos en la noche del 15 de julio fueron sólo la punta de un iceberg.
Todo empezó bajo la apariencia de un esfuerzo de educación caritativa en la década de 1970. Fetullah Gülen y sus seguidores se disfrazaron de un movimiento educativo benigno, cuando comenzaron la campaña de establecimiento de escuelas en Turquía y más tarde en todo el mundo. Ahora comprendemos que este fue el primer paso de una campaña de infiltración donde los niños y sus padres fueron reclutados con la promesa aparentemente inocente de una mejor educación y un buen trabajo.
Como funcionarios o personal militar, la lealtad de los miembros de FETO no era a la nación o al estado al que servían. No les importaba defender la constitución o el sistema legal del país.
De este modo, la organización se convirtió gradualmente en una estructura operativa secreta que aspira a transformar la sociedad tomando el control del estado turco desde dentro. A medida que su fuerza crecía, la organización comenzó a reclamar una misión mesiánica global, representando a Fetullah Gülen como el “Imán del Universo”.
Los miembros de FETO que se infiltraron en los puestos cruciales/fundamentales del estado abusaron de su poder para eliminar a quienes se oponían a la organización, mediante escuchas ilegales, pruebas fabricadas, arrestos ilegales, así como intimidando y chantajeando a un gran segmento de la sociedad, incluidos políticos, hombres de negocios, periodistas, incluso atletas y artistas entre muchos.
Cuando el gobierno turco entendió lo que realmente estaba transcurriendo, se tomaron las acciones legales necesarias contra FETO.
El 15 de julio fue organizado en el momento en que el gobierno había descubierto y listado a la mayoría de los llamados militares que en realidad eran reclutas del FETO y, por lo tanto, se estaban preparando para despedirlos. En otras palabras, el 15 de julio fue un movimiento final desesperado de Fetullah Gülen y sus seguidores para mantener su control en Turquía y capturar el estado.
El intento de golpe armado del 15 de julio demostró la firme determinación de FETO de utilizar el terror, junto con otros delitos, como un medio para lograr su objetivo final. Con este acto, FETO se ha mostrado claramente al mundo como uno de los grupos terroristas más peligrosos. Por lo tanto, la 16ª Sala de lo Penal del Tribunal de Casación decretó con su sentencia del 24 de abril de 2017 que FETÖ es una organización terrorista armada y la Asamblea de Salas de lo Penal del Tribunal de Casación confirmó esta sentencia.
FETO está presente en alrededor de 160 países, con miles de escuelas, empresas, ONG y medios de comunicación. Su modus operandi es el mismo en todo el mundo. Al aspirar a infiltrarse y ampliar su influencia económica y política global, constituyen una amenaza directa para la seguridad de cualquier país donde operan.