La carga contaminante de aguas residuales en zonas con fuerte presencia industrial ha bajado hasta niveles próximos o iguales a las domésticas
Los planes de control de vertidos industriales puestos en marcha por Hidraqua y las empresas mixtas en que participa han conseguido reducciones espectaculares de la carga contaminante de las aguas residuales que van a las estaciones depuradoras. Con ello se ha conseguido evitar daños a la red de alcantarillado, que en muchos casos resultaba deteriorada por los productos químicos, y facilitar la depuración, además de suponer un ahorro a los ayuntamientos, al verse reducido el canon por vertidos que les aplican las depuradoras.
Estos planes de control de vertidos se comenzaron a poner en marcha en la década de los 2000. La finalidad es preservar el medio ambiente receptor de las aguas residuales y eliminar cualquier efecto tóxico en los vertidos, prevenir el deterioro de la red de saneamiento, proteger las estaciones depuradoras de un exceso de contaminantes, vigilar los vertidos a cauces públicos y favorecer la reutilización de aguas depuradas y fangos.
Censo y clasificación
Todo ello supone una serie de tareas que consisten en elaborar un censo industrial en el término municipal y clasificar las actividades industriales según su potencial contaminante, caracterizar las aguas residuales mediante toma de muestras periódicas y análisis en estaciones de muestreo y construir arquetas y localización de empresas contaminantes. Igualmente se informa y asesora a las empresas para la prevención o corrección de la contaminación, y se les ofrece ayuda para cumplir las ordenanzas municipales y la legislación autonómica de vertidos. En los casos en que alguna empresa no toma las medidas adecuadas y lanza vertidos contaminantes a la red de saneamiento, Hidraqua o las empresas mixtas en que participa pueden proceder, previa autorización municipal, a bloquear su acceso al alcantarillado hasta tanto no reduzcan el poder contaminante de los vertidos.
Paterna, Torrent, Silla y Aldaia
La aplicación de estos planes de control de vertidos ha supuesto un trabajo arduo y complejo, pero los resultados han sido extraordinarios. El índice de contaminación de las aguas residuales que se utiliza incluye diversos parámetros; el que se considera normal en las urbanas es de 1,20 hacia abajo. Por ejemplo, en Aigües de Paterna, en cuya zona está el polígono industrial de Fuente del Jarro, en 2000 el índice contaminante de las aguas residuales era de 9,56 y ha pasado a 1,56 en 2013. En Paterna el ahorro económico en los procesos de depuración que se ha conseguido con ello está cuantificado en unos 250.000 euros al año.
En Torrent, que tiene en su término municipal el polígono industrial de Mas de Jutge, Aigües de l’Horta puso en marcha el plan de vertidos en 2006, año en que se registró un índice contaminante del 3,80. Siete años después, es de 1,01. Inferior aún es el que Hidraqua registra actualmente en Silla, que es del 0,9, cuando en 2008, el año de inicio del plan, era de 6. Otro caso importante es el de Aldaia, donde hay seis polígonos industriales, que ha descendido del 3 en 2009 hasta el 1,70 en 2014, tras la puesta en marcha del plan de control de vertidos por Aigües de l’Horta. En Riba-roja de Túria, el índice contaminante del agua de entrada a la depuradora de l’Oliveral ha bajado del 1,4 en 2010 al 0,9 en 2014.
En las depuradoras de la zona norte de Valencia, la reducción del canon que pagan los ayuntamientos donde gestiona el agua Hidraqua y Aigües de Paterna (Paterna, l’Eliana, Riba-roja, La Poblade Vallbona, San Antonio de Benagéber, Benaguasil) está cuantificado en cerca de 500.000 euros al año.
Elche y Orihuela
No menos espectaculares son los resultados obtenidos mediante la puesta en práctica de planes de control de vertidos en importantes municipios de la provincia de Alicante, como Elche y Orihuela. En estos casos el criterio de medición empleado es distinto, se trata del índice DQO (Demanda Química de Oxígeno), que mide la capacidad de oxidación del agua en función de los elementos químicos presentes. Por debajo de los 1.000 miligramos de oxígeno diatómico por litro se considera que las aguas residuales son similares a las urbanas.
En el caso de Elche, que es la tercera ciudad más poblada de la Comunidad Valenciana, Aigües d’Elx puso en marcha un plan de control de vertidos en 2009, cuando había un índice de 1.850 miligramos por litro y hoy está en torno a los 950. En Orihuela, con otro plan de control implantado en 2005, Hidraqua ha pasado de mediciones superiores a los 900 miligramos por litro a 740 en 2013.
VLC Noticias | Redacción