(Islamabad/Pakistán/Agencias) Por el momento 56 personas murieron y decenas resultaran heridas cuando estalló una bomba el viernes en una mezquita chií en el sur de Pakistán mientras los feligreses se congregaban para un servicio religioso, dijeron funcionarios y personal de los servicios de seguridad.
Fue el ataque sectario más mortífero en Pakistán en varios meses y se produce en momentos en que el país trata de contener un incremento del extremismo armado tras un ataque que mató a 150 personas en una escuela, en su mayoría niños, en Peshawar en diciembre.
El grupo extremista suní Jundalá se atribuyó el ataque del viernes en la ciudad de Shikarpur, en la provincia de Sindh, a unos 500 kilómetros al norte de Karachi.
Esa área de Pakistán había escapado mayormente de los intensos ataques y otros actos de violencia ocurridos en los últimos años en las áreas tribales en el norte junto a la frontera con Afganistán y en la ciudad portuaria de Karachi, lo que indica que la amenaza terrorista podría extenderse a otros territorios en el país.
Hadi Bakhsh Zardari, subcomisionado del distrito de Shiarpur, dijo que hubo 56 muertos y 31 hospitalizados. El doctor Shaukat Ali Memon, director del hospital de Shikarpur, pidió donaciones de sangre por la televisión estatal.
La televisión paquistaní mostró a residentes y feligreses transportado heridos al hospital y retirando cadáveres. La prensa local informó que partes del techo se desplomaron sobre los feligreses y que había algunos atrapados entre los escombros.
En medio del caos posterior a la explosión, las víctimas fueron conducidas al hospital en motocicletas y bicitaxis, según el funcionario del hospital Imtiaz Hussain.
El primer ministro Nawaz Sharif condenó el ataque y lo calificó de atentado suicida, pero Zardari y otros funcionarios dijeron que se investigaba la causa. “Expertos en explosivos y la policía todavía discuten si estalló una bomba colocada previamente o si fue un ataque suicida debido a evidencias conflictivas”, precisó Zardari.
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