Valencia Noticias | Javier Furió. Fotos: Roberto Fariña.- Procedentes de la segunda hornada de proyectos emprendedores desarrollados al abrigo de la inspiración y el apoyo del programa Lanzadera, los jóvenes empresarios Guillermo Herrera e Irene Dorado, cuyo decidido impulso ha dado lugar a Cerveza Artesana Alegría, han presentado hoy sus instalaciones en Massanassa que, con una extensión de 500 metros cuadrados, distribuidos entre la fábrica, cuenta toda la maquinaria necesaria para el proceso de elaboración de la cerveza y una ‘TapRoom‘, con aforo para 40 personas para la degustación de la misma.
Es precisamente la TapRoom la auténtica joya de la corona y depositaria de la filosofía de Alegría, ya que es en este espacio en el que se pueden degustar las tres variedades de cerveza que la firma valenciana ha lanzado al mercado y disfrutar de una oferta gastronómica diseñada para establecer con la bebida un magnífico binomio que logre ensalzar los sabores y aromas de la cerveza.
Así, Guillermo Herrera e Irene Dorado, el tándem que a base de ilusión y constancia -con la inestimable ayuda de la familia, los amigos y el proyecto de Juan Roig, como ellos reconocen- ha operado este magnífico milagro de la restauración valenciana elevado a los altares de la innovación, nos contaban su auténtica vocación: Dar a sus clientes no solo la oportunidad de degustar una cerveza casi personalizada a través de tres variedades para así enamorar a diferentes tipos de consumidor del auténtico ‘oro líquido’, sino además mostrar cómo se fabrica, cómo se ‘cocina’ lo que uno se está bebiendo.
Así, Guillermo e Irene han ‘desnudado’ ante nosotros cómo desde una maceración inicial que filtra el grano de forma totalmente natural, se pasa a una doble fermentación sin aditamentos artificiales y finalmente se madura el resultado hasta pasar al embotellado y etiquetado de las botellas. Todo ello aderezado con el valor de lo artesanal, la dedicación y la antenta mirada del maestro cervecero que permite darle uno u otro carácter a la cerveza controlando las temperaturas, los tiempos…, lo que viene a reafirmar que realmente es el cariño del cervecero, como en una cocina el cariño del cocinero, el que deja su impronta de forma inevitable en una cerveza que a buen seguro enamora al que la prueba.
Así, desde los reflejos cítricos de la ‘Alegría del Barrio’ hasta la ‘Alegría Bitter del Sur’ -una tostada de envidiable equilibrio de amargura en su punto justo que realmente nos ha enamorado desde el primer momento-, todas las variantes de Cervezas Alegría evocan la pasión que sus creadores ponen en cada litro que fabrican. “La primera cerveza que salió nos hizo llorar de emoción”, nos confesaba Guillermo.
Ambos son microbiólogos y conocedores de las levaduras, uno de los ingredientes básicos de la cerveza junto con el agua, la malta y el lúpulo, pero sobre todos son dos amantes de la cerveza. “Alegría significa vivo y animado, y eso es una emoción que a todo el mundo le gusta y busca. En Alegría nos esforzamos día a día para que ese sea el sentimiento que despertemos en las personas que beban nuestras cervezas”, afirma Guillermo, que además es el CEO de la empresa, y añade: “Queremos promover la cultura de la cerveza artesana y que la gente pueda conocer y disfrutar sabores, aromas y texturas diferentes, más acordes a sus gustos”.
Alegría es una de las empresas ganadoras de la segunda edición de Lanzadera, iniciativa de Juan Roig con capital 100% privado para ayudar a desarrollar y poner en valor proyectos de liderazgo emprendedor. Desde su paso por Lanzadera, Alegría ha conseguido reforzar y consolidar su modelo de negocio, posicionar su cerveza artesana en tiendas, bares y restaurantes de Madrid, Valencia y Granada y abrir su fábrica y TapRoom.
La auténtica ayuda de Lanzadera, más allá de la financiación, según nos cuentan Guillermo e Irene, consiste más en la transmisión de toda una filosofía alrededor del impulso emprendedor, del resultado del esfuerzo, del valor del “intercambio de experiencias con otros empresarios como nosotros”. Por eso el propio Juan Roig “se implica de una forma tan directa en Lanzadera -comenta Guillermo- porque es lo que a él más le gusta, montar proyectos que crezcan, funcionen y logren el éxito. Nos ha enseñado muchísimo”.