Bajo el sello de la editorial Espasa, el distinguido historiador e hispanista Henry Kamen acaba de publicar su libro ‘Brevísima historia de España’; una atomizada y rigurosa síntesis desde las primeras comunidades que se asentaron en el territorio peninsular hasta los acontecimientos más actuales que marcaron el rumbo de España como país.
Kamen, es miembro de la Royal Historical Society de Londres y está doctorado por la Universidad de Oxford. Entre su libros más destacados se encuentran ‘Felipe II de España’, ‘La Inquisición española: una revisión histórica’ o ‘Cambio cultural en la sociedad del Siglo de Oro: Cataluña y Caastilla. Siglos XVI.XVII’.
El su ‘Brevísima historia de España’, Kamen se pregunta “¿Ha existido España como tal? ¿Y, en ese caso, ha sido una nación unida o una amalgama de naciones?”. Para el autor “los historiadores del siglo XVI fueron los primeros en confundir deliberadamente las identidades de Castilla y España”.
Para tratas algunos de estos temas, el Péndulo de VLCNoticias se puso en contacto con el historiador y conocer de cerca no solo sus opiniones respecto a la construcción de la idea de España, sino también su opinión respecto a la reciente abdicación del rey Juan Carlos I y la futura sucesión de la corona en su hijo el príncipe Felipe.
El Péndulo: Si bien la idea de España, como una unidad, parece cimentada a partir del siglo XV, ¿cree usted que cinco siglos después la realidad social y cultural de España manifiesta signos de incomodidad ante una España única?
Henry Kamen: Me parece que la idea de España no se consolidó en absoluto a partir del siglo XV, precisamente porque todas las provincias continuaron teniendo su propia vida política y lengua, y tampoco después de la España unida de Felipe V tenían un sentimiento en común. De modo que, el acuerdo democrático en 1978 de constituir un país de autonomías demuestra aun la dificultad de conseguir la unidad. Prueba de eso es la ausencia total del sentimiento de patriotismo en España.
E.P.: En su libro asegura que ya en época de Carlos V, Castilla y los castellanos mostraban su rechazo a Europa y que ese sentimiento continuaría en generaciones posteriores, ¿piensa que una parte de España es menos europeísta que otra? Toda la costa valenciana y catalana, por ejemplo, siempre han tenido una enorme relación con los países mediterráneos desde siglos, ¿acaso Castilla se siente menos vinculada a Europa?
H.K.: Es cierto que Castilla es, en cierta forma, el problema. Son los castellanos los que más se oponían a las ideas de Europa, y el aumento de nacionalismo en Castilla en el siglo XIX fue un aspecto de este rechazo a los demás. La frase de Unamuno, “que inventen ellos”, fue un típico rechazo castellano a la ciencia del mundo moderno europeo.
E.P.: Pese al oro y la plata traída con ‘el descubrimiento’, España fue incapaz de mantener su imperio e incapaz de generar una industria y una banca sólida, ¿cree que el deseo expansionista manteniendo una casta política y administrativa parasitaria impidió la estabilización del imperio?
H.K.: No, no miraría el problema así. Más bien, diría que desde el principio fue la incapacidad de España en materia de economía, marina, y ejército, que hizo fallar los esfuerzos para crear un imperio. En aquella época, y hasta el siglo XIX, España no tenía una burocracia, por tanto no se puede culpar a la burocracia del fracaso del imperio.
E.P.: Para Max Webber, el pensamiento católico, siempre supeditado a jefes, señores e iglesia, es menos próspero que el pensamiento protestante, ¿cree que el peso del pensamiento apostólico y romano en España jugó en contra de su historia?
H.K.: Las ideas de Max Weber no tienen validez, y se han refutado muchísimas veces. La religión en sí nunca ha tenido un papel en el desarrollo económico ni imperial.
E.P.: La llegada de la democracia, con su constitución de 1978, no ha terminado de arreglar los problemas de la historia más reciente en España. Nunca se hizo un juicio a los crímenes cometidos por el franquismo, aún sigue sin resolverse la reforma de una administración gigantesca, ¿cree que los ciudadanos mostrarán, tarde o temprano, su desacuerdo con una Constitución que urge revisar?
H.K.: Personalmente, no creo en la utilidad de constituciones escritas. Siempre me ha impresionado el éxito de un país como Inglaterra, que no tiene ninguna constitución escrita. El progreso en la vida política viene de muchos factores, entre ellos una buena dosis de sentido común. También es de sentido común no siempre buscar venganza contra antiguos enemigos, de la misma manera que podría ser de sentido común, según las circunstancias, perdonar a los asesinos terroristas. Las soluciones no vienen desde la calle, que es donde desafortunadamente muchas veces los españoles intentan buscarlas.
E.P.: Catalunya va en busca de su identidad como pueblo en una próxima consulta electoral (en septiembre) sobre su independencia. ¿Piensa usted que España dejará de tener su actual composición para transformarse en una nueva realidad como Estado?
H.K.: Dudo que se haga una consulta en Catalunya, porque se ha declarado ilegal y el mismo Mas ha dicho que no haría una consulta ilegal. Es verdad que España se encuentra en una situación bastante complicada, pero no veo posibilidad ni de cambios ni de mejora.
E.P.: Por último, ¿piensa usted que la llegada del príncipe Felipe a la corona, tras la abdicación de Juan Carlos I, abrirá una nueva vía de renovación tanto de la casa real como con respecto a las ideas independentistas que se agitan en España?
H.K.: No creo que haya novedades ni renovaciones. El estado ya tendrá bastante que hacer intentando calmar los espíritus nerviosos que creen que con una abdicación el día de la felicidad ha llegado. Siempre existirán ideas secesionistas, pero las últimas cifras de las elecciones en Catalunya demuestran que menos del 30 por ciento del electorado ha apoyado los grupos separatistas.
E.P.: Mil gracias por responder a nuestras preguntas.
H.K.: Gracias a vosotros.
El Péndulo de VLCNoticias/Jimmy Entraigües/Fotos- Henry Kamen/Espasa