Con el objetivo de hacer las calles de la ciudad más seguras, las autoridades de París están promoviendo una medida que a muchos puede parecer insólita: autorizaron a los ciclistas a “comerse” la luz roja de los semáforos.
Es fácil enumerar las desventajas de pedalear en una ciudad como París.
Los conductores pueden ser groseros y agresivos; tocan sus bocinas de forma gratuita y se detienen cualquier parte de calles transitadas para hacer sus compras o algún encargo.
Quizás lo más grave es que los parisinos son terribles señalando para dónde van a ir. Hacen un cruce sin avisar -o lo marcan cuando ya lo están haciendo. Esto es considerado como un insulto para los ciclistas, pues demuestra que el conductor sabe que tiene que poner la luz, solo que realmente no le importa.
Y otro punto: las comunidades de vecinos se rehúsan a que los ciclistas puedan estacionar sus bicicletas en las áreas comunes, obligándolos a dejarlas en la calle o la acera.
Hasta aquí los retos que puede tener alguien que quiera pedalear en la ciudad de la luz.
Es bueno poder informar que en los últimos años ha habido mejoras.
Hoy en día los ciclistas tienen más ventajas que desventajas en París.
Si no puedes contra ellos…
La más reciente ventaja para moverse en bicicleta se introdujo este verano. Se trata de una decisión radical que reconoce una verdad innegable: los ciclistas en la ciudad suelen saltarse la luz del semáforo.
En vez de aumentar la represión para que cumplan con las leyes de tránsito, lo que hicieron las autoridades parisinas fue legalizarlo.
Entre julio y agosto, se colocaron nuevas señales en más de 1.800 cruces y semáforos de la capital con un triángulo al revés y una bicicleta en en centro.
Esto indica que cuando la luz de semáforo esté en rojo, los ciclistas pueden seguir con precaución.
“Esta (medida) requeriría rescribir el Code de la Route (leyes de tránsito) pero lo que en efecto hemos hecho es convertir la luz roja en una señal de paso para ciclistas”, explica Christophe Najdoski, responsable de transporte de París.
Hay que acotar que estos cambios sólo afectan el cruce a la derecha o cuando el cruce continúa la línea de la acera.
En los cruces donde requiere cambiar de carril, los ciclistas deberán respetar la luz roja, aun cuando no haya carros.
“Lo que queremos es facilitarle la vida a los ciclistas. Detenerse y empezar a pedalear requiere de energía y muchas veces es completamente innecesario. Al no tener que detenerse pueden llegar más rápido a su destino”, señala Najdoski.
“También es una forma de regularizar una práctica ya extendida y que no tiene sentido tratar de evitar. Siempre y cuando el ciclista reduzca la velocidad, y si hay peatones tienen que parar, es perfectamente seguro continuar”, agrega.
A favor
Los grupos de cabildeo para suavizar las leyes de tránsito a los ciclistas no escondieron su agrado por la medida.
“Esto es un gran avance porque demuestra que nos estamos alejando de la idea de que lo único que cuenta son las luces rojas y verdes”, comenta Kiki Lambert, del grupo Mieux Se Deplacer a Bicyclette (cuya traducción sería, es mejor moverse en bicicleta).
“Si tenemos esa actitud, nos volvemos autómatas y es mucho más peligroso. La gente piensa que sólo porque la luz está en verde es seguro seguir, cuando es mucho mejor utilizar todos los sentidos todo el tiempo”.
En la Plaza de la Concordia hay luces de tránsito, en el Arco del Triunfo, con sus 12 avenidas juntándose en la rotonda conocida como la estrella, no hay ni un semáforo.
Y el índice de accidentes en la Concordia es cinco veces mayor que en la estrella.
“Esto se debe a que en el Arco del Triunfo los conductores están obligados a tener cuidado”, explica Lambert.
En dos ruedas
La nueva regla de la luz roja para los ciclistas forma parte de una serie de medidas diseñadas por la alcaldía para aumentar el uso de bicicletas.
En la ciudad se han creado nuevas rutas de bicicleta y unos 10.000 lugares más para estacionarlas.
La meta es que, del 5% de los viajes en bicicleta que se hacen hoy en día, esta cifra aumente a un 15% para el 2020.
“En las ciudades francesas el 40% de los desplazamientos en auto es de menos de 3km”, señala Najdoski”. “Estos viajes fácilmente se pueden hacer en bicicleta, así que lo tenemos que hacer es que las personas vean natural tomar escoger las bicicletas como modo de transporte”.
La seguridad también juega un papel en esta medida. El promedio de muertes por accidentes en bicicletas en París es de cinco al año, una cifra que no cuenta los accidentes fuera de la periferia.
Dentro de París, el tráfico es muy lento, por lo que los accidentes ocurren cuando el ciclista se queda atrapado por vehículos pesados.
“Cuanto más ciclistas haya, más seguros será, no sólo para los ciclistas, sino para todos”, asegura Lambert.
“Esto se debe a que todos iremos más despacio, y tendremos los oidos y ojos bien abiertos. No sólo esperaremos a que cambie la luz”.