JORGE BELLVER CASAÑA,
Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Valencia; Concejal Delegado de Urbanismo, Vivienda y Calidad Urbana.
Concejal de la Policía Local 1996-2001
Cuando la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, me encomendó la responsabilidad de hacerme cargo de la Delegación de Policía Local, en el año 1997, fui consciente inmediatamente de la gran responsabilidad que tenía en mis manos, no sólo de cara a los ciudadanos, nuestra prioridad a la hora de gestionar los servicios municipales, sino también hacia unos profesionales excepcionales, que son, sin duda, el paradigma de vocación de servicio público.
Los seis años que pasé al frente de la Policía Local de Valencia me enseñaron mucho, y guardo muy buenos recuerdos y amigos de esa etapa, unos años en los que nos marcamos como prioridad de la acción de gobierno modernizar el cuerpo, mejorar sus instalaciones y equipos, y también, ampliar la plantilla y acercar la figura del policía local a los vecinos de todos los barrios y pedanías.
Recuerdo como un reto la rehabilitación de la nueva Central de la Policía Local, en la avenida del Cid, no sólo por la complejidad del proyecto sino también por la inversión que supuso y que tan necesaria era. La provisionalidad en el antiguo balneario de la Alameda era insostenible durante más tiempo. Hoy, la Policía Local tiene una gran central, y el Balneario de la Alameda, que se ocupó durante un tiempo, se ha recuperado para un uso acorde con su valor patrimonial y su entorno, el centro de la arquitectura modernista de Valencia.
En la segunda mitad de los 90, superada otra gran crisis -a la que también nos abocó el Partido Socialista desde el Gobierno de España-, nos encontramos ante una sociedad exigente, que nos pedía más seguridad, mejores servicios y una policía más cercana a todos, mayores y pequeños, en cualquier punto de la ciudad.
Fue la conjunción de estos factores lo que me llevó, por ejemplo, a poner en marcha los servicios especiales en la playa, en verano, con agentes patrullando sobre la misma arena subidos en modernos quads, a ampliar el servicio especial de playas a Pinedo, El Saler y El Perellonet, a reabrir el parque infantil de tráfico en Viveros o a poner en marcha los cursos de seguridad vial para escolares.
Fueron muchas las iniciativas que, junto con un gran equipo de profesionales, fuimos capaces de poner en marcha durante esa etapa, pero sin duda, una de las más importantes desde el punto de vista social fue el programa conjunto que iniciamos a comienzos de 2002 con la Concejalía de Bienestar Social para la protección de mujeres maltratadas.
Después del éxito de los X4, los agentes que colaboran desde hace años con los servicios sociales municipales para ayudar a las personas sin techo a pie de calle, comenzamos a coordinarnos de manera estrecha para combatir de manera más efectiva el problema de la violencia de género. Una colaboración que después se ha consolidado con la formación específica de agentes, el grupo GAMMA, en el diagnóstico, tratamiento, seguimiento y protección de mujeres víctimas de la violencia machista.
En definitiva, mi etapa en la Policía Local me aportó mucho, tanto por la posibilidad de mejorar un servicio público fundamental para nuestros vecinos, como es la seguridad de las personas y de la circulación, como por la oportunidad que tuve en ese momento de contribuir a la modernización, ampliación y mejora de este magnífico Cuerpo.