La Generalitat Valenciana adopta una medida extraordinaria para facilitar las tareas de búsqueda de desaparecidos en las zonas más afectadas por las recientes inundaciones.
Una decisión necesaria ante la emergencia
Ante los devastadores efectos de la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) que recientemente afectó a la Comunidad Valenciana, la Generalitat ha decidido suspender todas las quemas agrícolas y forestales en las áreas más impactadas durante los próximos diez días.
Esta medida tiene como principal objetivo evitar que las tareas de búsqueda y rescate se vean obstaculizadas por posibles alteraciones en el terreno provocadas por estas prácticas, que son habituales en esta época del año pero que ahora podrían complicar los operativos de rastreo.
Contexto de la DANA y su impacto
La tormenta, caracterizada por lluvias torrenciales y vientos intensos, dejó un panorama desolador en varias comarcas valencianas. Entre los municipios más perjudicados se encuentran Alzira, Carcaixent, Algemesí, y Xàtiva, donde las inundaciones arrasaron viviendas, infraestructuras y zonas de cultivo.
El balance provisional contabiliza más de 20 víctimas mortales y varias personas desaparecidas, mientras que miles de residentes se enfrentan a pérdidas materiales cuantiosas. La prioridad de las autoridades es localizar a quienes aún no han sido encontrados y restaurar, en la medida de lo posible, las condiciones de vida para los afectados.
Áreas prioritarias bajo restricción
La medida afecta principalmente a zonas rurales y forestales próximas a los cauces de los ríos y barrancos que han sido epicentros de las inundaciones y las labores de rescate. Entre las áreas donde se concentra la búsqueda están:
- El cauce del río Turia y su desembocadura.
- Barrancos como el del Poyo y la Horteta.
- Zonas próximas al río Magro.
- Áreas inundadas en la Ribera Alta y Baja.
Estas regiones, actualmente sometidas a un meticuloso rastreo por parte de los equipos de emergencia, requieren condiciones estables para garantizar la eficacia del operativo.
Operativo de rescate en marcha
La búsqueda de desaparecidos cuenta con la colaboración de la Unidad Militar de Emergencias (UME), bomberos, Guardia Civil y equipos de voluntarios. El despliegue incluye la utilización de drones, perros adiestrados y maquinaria especializada para remover escombros y lodo acumulado tras las inundaciones.
Se ha informado de que el trabajo en estas zonas continuará durante los próximos días, dado que las condiciones climáticas han mejorado, facilitando el acceso a áreas previamente inaccesibles por el agua o los daños estructurales.
Implicaciones para el sector agrícola
La suspensión temporal de las quemas afecta a numerosos agricultores de la región, que dependen de estas prácticas para preparar sus tierras tras la cosecha. No obstante, asociaciones agrarias han mostrado su apoyo a la medida, reconociendo la importancia de priorizar la búsqueda de las personas desaparecidas y la recuperación de las zonas afectadas.
Algunas entidades del sector también han solicitado que, una vez concluidos los operativos de rescate, se permita retomar las quemas de manera controlada para evitar acumulaciones de restos vegetales que puedan convertirse en un riesgo de incendio en el futuro.
Apoyo a los afectados
Además de las restricciones, la Generalitat Valenciana ha desplegado un dispositivo de asistencia para las familias damnificadas, que incluye ayudas económicas, refugio temporal para quienes han perdido sus hogares y apoyo psicológico.
Los equipos de limpieza continúan trabajando en la retirada de lodos y escombros en los municipios más afectados, especialmente en las zonas urbanas que permanecen parcialmente anegadas. Hasta el momento, se han movilizado más de 150 camiones para estas tareas, y se espera que los trabajos se intensifiquen en los próximos días.
Mirando hacia el futuro
Esta catástrofe ha reabierto el debate sobre la capacidad de respuesta ante fenómenos meteorológicos extremos en la Comunidad Valenciana. Expertos y ciudadanos coinciden en la necesidad de reforzar las infraestructuras de drenaje, implementar planes preventivos más robustos y promover una mayor sensibilización sobre los riesgos asociados a los eventos climáticos extremos, cuya frecuencia e intensidad han aumentado en los últimos años debido al cambio climático.
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