Cuando los gobiernos y sus respectivos partidos han superado de una forma inequívoca cualquier ataque al llamado “estado del bienestar”, centrando sus políticas en los recortes de derechos sociales y civiles, la ciudadanía debe toma la palabra y pasar a la acción política para declararse en rebeldía pacífica contra el actual sistema de gobierno, contra el actual sistema de partidos políticos, contra el sistema electoral establecido, y contra la actual organización administrativa del Estado. No queremos un sistema de gobierno sujeto a clientelas de partidos, sean partidos nacionalistas y/o tradicionalistas.
No quiero un sistema de partidos que debilita la honradez. No quiero un sistema electoral sometido al control férreo de los llamados “aparatos de partido”, según el Sr. Pons (diputado por el PP) la policía de los partidos, son el “aparato”. No aciertan. La policía estatal en España son dos: el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil. Los partidos pueden contar con esos cuerpos policiales para actuar contra la corrupción, y con los Jueces para que impartan justicia.
No quiero una duplicidad de administraciones que se superponen unas sobre las otras. Tengo la convicción de que el sistema de gobierno, el sistema de partidos, y el sistema electoral, facilitan la corrupción política, así como la corrupción administrativa. Teniendo en cuenta lo anterior, dejar claro desde esta esquina digital que:
1. Quiero un sistema político de “democracia participativa” -la democracia representativa me está estafando-, que nos permita de una forma efectiva el control de nuestros representantes políticos, y por extensión el control del trabajo que se les encomienda para los periodos en los que son elegidos. No pueden hacer las leyes como si un sastre les hiciera un traje a medida. Hay leyes sobre las cuales se debe consultar a los ciudadanos y ciudadanas.
2. Quiero un sistema de partidos “abierto a los ciudadanos y ciudadanas”. Que permita garantizar poder ser candidato y/o candidata, así como ser elegido sin que “aparatos de partidos” puedan limitar las voluntades libres.
3. Quiero un sistema electoral “directo”, poder elegir de forma directa a nuestros Presidentes.
4. Quiero un adelgazamiento de las administraciones de acorde con los tiempos recientes, suprimiendo el senado y las diputaciones y reorganizando las administraciones municipales. Partiendo de la base de que cualquier sistema se puede corromper, tales riesgos queremos minimizarlos al máximo. No se puede sostener “mamandurriada” de despropósitos de gasto público que a lo único que nos lleva es al aumento de gasto, y por ende, al aumento de la deuda pública que pagamos todos.
Esto es una propuesta formal de este ciudadano, que requiere de estudios y desarrollos arduos y concienzudos. No se trata de una reforma aunque se pretenda realizar como tal, se trata de establecer un cambio real y democrático, orientado a una participación activa de los ciudadanos y ciudadanos en todo aquello que les afecta y que se regula mediante la participación de la política.
La Constitución Española debe estar en constante adaptación a la realidad social. Las leyes emanadas del pasado deben ser revisadas, reformadas y/o suprimidas para “resetear” la democracia, democracia carente de espíritu libre, nacida en tiempos cuando la prevalencia era la concordancia y el entendimiento de las dos Españas. Ese tiempo de concordancia y entendimiento ha pasado. Han pasado 35 años de aquella victoria social, de aquel cambio político que supuso supuestamente alcanzar de nuevo la libertad del pueblo. Es tiempo de “resetear” como si fuera un ordenador para restablecer los verdaderos derechos sociales y civiles.
¡Quiero una democracia participativa!
José Ant. Atienza.-