Manuel J. Ibáñez Ferriol
Escritor y periodista
Cuando el río suena, es porque agua lleva. Los seres corruptos, parece que abundan bastante no solo en la Comunidad Valenciana –especialmente hoy en Castellón-, sino a lo largo y ancho de toda España. La corrupción, es una situación que desempeñan los individuos, desde la noche de los tiempos. Los griegos, por ejemplo, utilizaban el término ética no sólo como costumbre, como modo de ser, de actuar, sino como una predisposición humana permanente para hacer lo bueno, la que se obtiene como evolución natural al reflexionar sobre los valores individuales y sociales y la licitud de los actos humanos. De ahí las referencias a la mitología griega y al castigo que Zeus impuso a Prometeo por haber robado el fuego del cielo, entregándoselo a los hombres y sobre todo el que impuso a la humanidad al destapar la “Caja de Pandora”, hiriéndolos con defectos perniciosos: los vicios, las enfermedades, el deseo sin límite y el amor a la riqueza.
El primer acto de corrupción registrado se dio en el antiguo Egipto, durante el reinado de Ramsés IX (1142-1123 a de C) pues un papiro relata las dificultades por las que atravesó un funcionario del faraón por haber denunciado negocios sucios de otro funcionario que se había asociado con profanadores de tumbas para hacerse de la vista gorda en los robos a las tumbas, obteniendo sustanciales ganancias. Otro de los primeros actos de corrupción se produce cuando Eva, tentada por la serpiente, corrompe a Adán convenciéndolo de que comiera la manzana, es decir el fruto del árbol del bien y el mal y para otros se da en la baja Mesopotamia, en Sumeria, que es considerada la civilización más antigua del mundo (se le atribuye la invención de la rueda y los jeroglíficos pictóricos, que más tarde se convirtieron en escritura cuneiforme) pues un ensayo sumerio dedicado a la vida de los estudiantes relata un acto de corrupción cuando un estudiante al regresar a su casa les platica a sus padres que el maestro le había reclamado y dado unos latigazos (ésa era entonces la costumbre) por faltas, impuntualidad y mala escritura, a lo que los padres lo invitaron a comer.
Por corrupción política, en términos generales, podemos definirla como, el mal uso público (gubernamental) del poder para conseguir una ventaja ilegítima, generalmente secreta y privada. El término opuesto a corrupción política es transparencia. Por esta razón se puede hablar del nivel de corrupción o de transparencia de un Estado. Sayed y Bruce (1998) definen la corrupción como “el mal uso o el abuso del poder público para beneficio personal y privado”, entendiendo que este fenómeno no se limita a los funcionarios públicos. También se define como el “conjunto de actitudes y actividades mediante las cuales una persona transgrede compromisos adquiridos consigo mismo, utilizando los privilegios otorgados, esos acuerdos tomados, con el objetivo de obtener un beneficio ajeno al bien común”. Por lo general se apunta a los gobernantes o los funcionarios elegidos o nombrados, que se dedican a aprovechar los recursos del Estado para de una u otra forma enriquecerse o beneficiar a parientes o amigos. Todos los tipos de gobierno son susceptibles de corrupción política. Las formas de corrupción varían, pero las más comunes son el uso ilegítimo de información privilegiada, el tráfico de influencias, el pucherazo, el patrocinio, y también los sobornos, las extorsiones, los fraudes, la malversación, la prevaricación, el caciquismo, el compadrazgo, la cooptación, el nepotismo, la impunidad, y el despotismo. La corrupción facilita a menudo otro tipo de hechos criminales como el tráfico de drogas, el lavado de dinero, y la prostitución ilegal; aunque no se restringe a estos crímenes organizados, y no siempre apoya o protege otros crímenes.
La corrupción hace peligrar seriamente el desarrollo. En el terreno político socava la democracia y el buen gobierno ya que supone un desacato e incluso una subversión de los procesos formales. La corrupción en las elecciones y en los cuerpos legislativos los convierte en más irresponsables y distorsiona la representatividad de las políticas diseñadas. En el terreno judicial, la corrupción pone en entredicho el imperio de la ley o estado de derecho, y en las administraciones públicas da como resultado una ineficiente provisión de servicios. De un modo más general, la corrupción erosiona la capacidad institucional del gobierno, ya que se desprecian los procedimientos, se desvían los recursos, y se venden y compran los puestos y cargos públicos. Al mismo tiempo, la corrupción socava y mina la legitimidad del gobierno y también los valores democráticos, tales como la confiabilidad y la tolerancia.
En el caso de don Carlos Fabra, estamos ante un tema de “presunta corrupción”, en modo continuado y repetido, a lo largo de los años en que estuvo en el poder político. Hay que seguir combatiendo ésta lacra que se llama corrupción, porque sino la sociedad no puede avanzar. Los escándalos urbanísticos del “presunto don Carlos” son bastante sonados, no solo en la ciudad de Castellón, sino también en la provincia, en uno de esos paraísos para el relax y el descanso, que se ha convertido en un espacio marino “de oro”, sobre todo en los terrenos, pertenecientes en parte al encausado y que han sido recalificados de forma vamos a decir “rápida y extraña”. Pero también esta ese “aeropuerto fantasma” construido con el dinero de todos los españoles, y que todavía no se ha puesto en marcha, según dicen “por falta de presupuesto”. Se ha dedicado a servir de pista de pruebas de reconocidas marcas automovilísticas, ya que el condenado, fue nombrado gestor-administrador del aeropuerto sin aviones. Son algunos de los ejemplos que tenemos de éste personaje, que ha tenido hasta suerte en la lotería nacional, y ahora resulta que no puede pagar la fianza que la justicia le ha impuesto. Curiosidades de la vida, que podemos relacionar con una vida corrupta o quizás presuntamente.
Terminaré el presente artículo dedicado al gran circo de la corrupción con éste pensamiento de Platón: “Aquello que merece más el hombre, de ser, son las ideas. Lo que se encuentra sometido al cambio y a la corrupción, está entre el ser y el no ser. Las ideas son únicas, intemporales, necesarias, universales, perfectas. Las ideas se hallan ordenadas entre sí, jerárquicamente. En la cima se haya la idea de “Bien”. De ella participan todas las demás y ella misma está “más allá del ser. El hombre es su alma, un alma racional. El hombre debe lograr que sea el alma racional la que gobierne su vida. En la medida que lo logre el hombre será virtuoso”. Es quizás el mejor de los consejos para los corruptos.