Javier Furió
Director deVLC Noticias
Primera jornada, primera polémica futbolística. “Pan y circo, amigo, pan y circo”. Algunos han recibido la noticia de la sanción impuesta a Diego Pablo ‘el Cholo’ Simeone por lo de las collejillas cariñosas al cuarto árbitro en la vuelta de la Supercopa de España contra el Real Madrid CF con las manos en la cabeza, incrédulos de la curiosa vara de medir de los organismos que rigen los destinos del fútbol patrio o sea, español -o eso decían-. Y eso que el hombre ya había dicho que cuando uno se equivoca, poco menos que a joderse tocan.
Conste que un servidor no es ni colchonero, ni merengue, ni culé… De hecho, eso de que once tíos en calzones ganen en un año lo que todo el edificio en que vivo (en el que viven 101 vecinos contados) no es muy de mi agrado.
Pero sí, esta vez se han superado los gerifaltes del balompié hispánico. Ocho partiditos escondido por la grada le han adjudicado al bueno del ‘Cholo’, a la sazón, nuevo héroe, espejo y ejemplo de media España, sucesor del Guardiola que se fue al estilo ‘Vente para Alemania, Pepe’ al Bayern Munich que fabricó al vigente campeón del mundo.
Pero para comprender la barbaridad y lo volcada (que no inclinada) que han dejado la balanza, conviene hacer un poco de memoria. Ustedes recordarán aquel bonito episodio de “que te pego leche” que protagonizaron en un partido el FC Barcelona y el Real Madrid CF, con el siempre controvertido José Mourinho metiéndole el dedo en el ojo a Tito Vilanova. Pues bien, para los desmemoriados recordaré que como consecuencia de aquella ‘chiquillada’ al portugués le cayeron dos (2) partidos de sanción y al catalán -sí, sí, eso de meter un ojo en dedos ajenos también estaba castigado- le cayó un partido.
Entonces, Tito Vilanova -descanse en paz- era segundo entrenador de -qué casualidad- Josep Guardiola y la cosa se quedó en dos o tres exabruptos, palmaditas en la espalda, saludos y hasta besitos en el siguiente encuentro entre ambos técnicos, y a otra cosa mariposa. Al ‘Cholo’, como si de cualquier Suárez se tratara, ocho partiditos. Pues bien, oiga… Yo me lo haría mirar, ¿eh?