Diputado autonómico agermanat
Amigo lector, los cuatro diputados no adscritos que abandonamos Ciudadanos por nuestra discrepancia con la cúpula del partido somos “ els agermanats”. Nos fuimos cuando Rivera y sus diputados nacionales, decidieron respaldar los Presupuestos Generales del Estado que infrafinancian a la Comunidad Valenciana. En esos momentos, ya estabamos hartos de las prácticas discriminatorias contra nosotros, por parte de la dirección de C’s en la Comunidad Valenciana.
Pues bien, esta decisión tiene un alto costo para nosotros. Si un diputado abandona su grupo, la Mesa de Les Corts opina que tendrá menos derechos que cualquier otro diputado de la Cámara. Ni siquiera piensa que tiene los derechos que le reconoce el artículado del Reglamento de Les Corts. Esta opinión, que no encuentra justificación jurídica alguna, nos ha obligado a interponer un Recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana. Pongo un ejemplo de un derecho que nos niegan: El Sr. Fernando Giner, concejal por Ciudadanos en el Ayuntamiento de Valencia, y el Sr. Rafael Hernando, portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, es decir, dos personas ajenas a la Las Cortes Valencianas, han utilizado la sala de prensa de este edificio de Les Corts para dar sendas ruedas de prensa y exponer asuntos también ajenos al trabajo de Les Corts.
Sin embargo, el pasado martes, 14 de noviembre, los diputados “agermanats” tuvimos que practicamente “colarnos” en la sala de prensa, cuyo uso, hasta la fecha de hoy, nos ha vetado la Mesa de les Corts, sin tener la cortesía parlamentaria de comunicarnos este injusto veto. El resultado ya lo habrá leido usted en la prensa: Nos cortaron la comunicación con medios que informan. Menos mal que, en ese momento, los periodistas aún seguían en la sala de prensa y asi pudieron informar a la sociedad.
Ahora bien, yo, mas que informar del martes, quiero hablar de lo que ocurrió el viernes de esa semana: Hay un derecho, como es el de votar en la Cámara, que todavía conservamos todos los diputados. En ese contexto, el viernes 17, se votaban dos enmiendas a la totalidad de la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos de la Generalitat 2018. Estos presupuestos son los más sociales que se han visto en esta Cámara en décadas y, no obstante, el PP y Ciudadanos habían presentado sus respectivas enmiendas a la totalidad, con el fin de bloquear la continuación de los trámites. Podemos, sin embargo. decidió que se abstenía, diciendo que el Govern del Botánic gobernaba “sin humildad”, de forma “soberbia” y, además, señalando una serie de motas que veía en el ojo ajeno… De esa manera, la votación quedaba empatada: 39 votos del PP y de Ciudadanos, y 39 del PSOE y de Compromís. De modo que, los cuatro votos de “els agermanats” se convirtieron en la clave para esa votación.
Los prejuicios e intereses de la politica del PP y Ciudadanos les llevaron a pensar que nosotros, “els agermanats”, votaríamos como ellos suelen hacer, es decir, con la vísceras y por despecho. El estilo de estos dos partidos obedece a la estrategia de desestabilizar al Consell, obedeciendo al mandato de sus respectivas cúpulas estatales.
Por el contrario, la politica del cambio del PSOE y Compromís concibió, en ese momento, que ese cambio tan predicado por ellos comenzaba, probablemente, por superar su propio complejo de inferioridad ante la derecha. Y ello, especialmente, en la Mesa de Les Corts, en la que la derecha intenta, continuamente, imponerles sus exigencias. Y, amigo lector, seria lamentable que, a estas alturas, los politicos de la Cámara tuvieran la mirada puesta en las próximas elecciones en vez de trabajar para mejorar los Presupuestos Generales de la Generalitat, con el objetivo de mejorar la vida de los ciudadanos de esta Comunidad
Por tanto, en el momento de decidir mi voto me planteé, pensando en los destinatarios, que mi decisión resultaba imprescindible para el destino social del dinero de los presupestos. Desde esa prespectiva, y a tenor de mi ética politica, pensé que habia hecho bien en abandonar el partido Ciudadanos. Creo que en política, uno no debe plegarse ante los dictados del propio partido si los temas no han sido, previamente, debatidos y aprobados democraticamente. El resto de la história, gracias a la prensa, ya es conocida.