La Sala La Gallera de Valencia acoge el próximo domingo el estreno absoluto del espectáculo ‘Zarabanda’, una propuesta de danza contemporánea sobre la interpretación de las Suites para violonchelo de J. S. Bach.
El espectáculo sirve para presentar una nueva compañía de música y danza valenciana, nacida en torno a la escuela de música Estudio 21. La compañía E21 está compuesta por intérpretes semiprofesionales que pretende ser un impulso para los nuevos creadores. Aunque el grupo lleva ya dos años funcionando esta es la primera actuación en la que el trabajo de los bailarines se fusiona con otras artes musicales como es el trabajo de los violonchelistas integrados bajo el nombre de ‘Músicos Emergentes’ creando así una nueva formación que tiene ya programadas futuras actuaciones a lo largo de la Comunitat, para darse a conocer.
El trabajo que presentarán el próximo domingo a partir de las 12.00 de la mañana en la Sala La Gallera, ha sido posible gracias a la colaboración con el Consorcio de Museos, responsable del espacio.
El espectáculo combina el trabajo de cuatro violonchelistas: Carlos Vida, Javier Escrituela, Miquel García y Miquel Felipe, dirigidos por Iñaki Etxepare, con el de varios bailarines de la mano de Ana Luján y Toni Aparisi.
Iñaki Etxepare es director musical con una gran trayectoria en el campo docente tanto dentro como fuera de España (Irún y Barcelona además de Cuba, Mexico y Estados Unidos). Etxepare ha reunido recientemente las Suites de Bach en el CD y documental ‘Bach y el Mar’. Ana Luján es coreógrafa, bailarina y artista asociada en el Phoenix Dance Theatre (U.K) y ha trabajado con distintas compañías como Ananda Dansa. Toni Aparisi recibió el Premio Max al mejor bailarín en 2007, entre otros reconocimientos tanto en su faceta de bailarín como en la de coreógrafo. En su compañía ‘Toni Aparisi-Ausades’ une danza con otras disciplinas.
‘Zarabanda’
El director musical de Zarabanda, Iñaki Etxepare explica que “entre 1717 y 1723 Johann Sebastian Bach vivió en Köthen uno de los periodos más felices de su vida. Con una edad comprendida entre los 30 y los 40 años se encontraba inmerso en un ambiente musical extraordinario gracias a su mecenas el margrave de Brandemburgo. La producción instrumental es muy extensa y muy rica en este periodo debido a que Bach disponía de buenos músicos que interpretaban sus obras en la Corte de Köthen como es el caso del violoncellista C.F. Abel a quien dedicó la Seis Suites”.
Según Etxepare “Bach es el poeta de la música, sus Suites están creadas sobre estrofas que forman toda una arquitectura musical que con esta presentación toma forma y movimiento en la escultura humana y en el paisaje. Los sonidos se fusionan con los movimientos creando una gama infinita de sentimientos en los preludios, las alemandas, las courantes, zarabandas, minuetos, bourreés, gavotas y gigues. El enigma nace al pensar si Johann Sebastián compuso estas danzas para ser bailadas o simplemente usó los términos de danza para inspirarse y crear una obra puramente instrumental”.
En esta época, para los bailarines, el hecho de tener delante unas danzas representaba una obligación el seguir los pasos estipulados para cada una de ellas como se aprecia en la cantidad de coreografías escritas como si de una partitura se tratara. En cambio con la danza contemporánea, la libertad de movimientos adquiere una nueva dimensión rompiendo y abriendo nuevos caminos que además hoy en día ayudan al músico a desarrollar su imaginación en la interpretación musical de estas partituras que, si aún con la duda de si se llegaban a bailar, lo que es cierto, es que estaban inspiradas en las danzas que llegaron hasta la época barroca.
“Así la música que hoy en el siglo XXI se escucha de Bach, inspira a los bailarines de tal forma que su cuerpo responde con la libertad de movimiento que no existía en el siglo XVIII” concluye Etxepare.
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