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El monstruo que acechaba a las pymes hace seis años, ha regresado. La mejora que venían presentando los impagos en el sector empresarial se ha congelado notablemente según el Estudio de la Gestión del Riesgo de Crédito en España, efectuado por el Observatorio de Cash Manegement que fomenta Crédito y Caución e Iberinform y con el apoyo académico del IE Business School.
De acuerdo al informe, después de que en el año 2010 entrará en vigor la Ley 15/ 2010, el 43% de las compañías trabajan con plazos inferiores a 60 días, y si bien susodicha normativa (que prácticamente estaba dirigida a las pymes) establecía un plazo máximo de 60 días para el cobro de facturas entre las empresas y sus proveedores, hoy en día los impagos siguen siendo el ogro que asfixia a las pymes.
Recodemos que esta medida que suponía erradicar el problema entre las partes en relación a los plazos de pago, se contempló en la Ley15/10 con el propósito de contrarrestar la morosidad en las operaciones comerciales del sector, principalmente en las pequeñas y medianas empresas.
Tres de cada cuatro empresas están afectadas
Aunque se han visto bueno resultados, debido a que al porcentaje de empresas que operan sobre los 90 días se ha reducido a un 13%, el problema se ha acrecentado durante este año. Incluso en el documento del estudio se indica que este 13% se encuentra en un punto en el que estas empresas tendrían que cerrar sus negocios.
Asimismo, plantea que el problema del impago afecta al 74% de las empresas (tres de cada cuatro) y que el 31% (prácticamente una de cada tres) sufren impagos relevantes. Incluso ejerciendo su derecho a la cobranza a domicilio, el cobro no está asegurado.
Ahora bien, en comparación con el año 2012, cuando se logró el máximo endeudamiento empresarial en la historia de España, donde dos de cada tres compañías (66%) sufrían impagos significativos, la morosidad empresarial había disminuido notablemente hasta menguar casi a la mitad en 2015 (34%). Pero la cantidad de empresas que aseguran haber presentado algún impago significativo en los últimos 12 meses solamente se ha reducido en tres puntos porcentuales respecto al ejercicio preliminar, lo que aviva esta ralentización.
¿Por qué sucede esto?
A juicio del análisis efectuado en el informe, las dificultades por las que atraviesan las pymes en el momento de cobrar a sus deudores radican en la ausencia de una cultura sólida de “credit management” y en la decadencia de los plazos de pago B2B (empresa-proveedor) aunando también la conducta de impagos de la Administración Pública.
De igual forma, el documento hace una llamada en alusión al empeoramiento de la conducta de los plazos, hecho que no ocurría desde el 2012, ya que el 83% de las compañías ha tenido que acceder a plazos que superan los deseados, complicando de forma significativa su actividad empresarial.
Los problemas de liquidez siguen siendo una de las principales razones que justifican el incremento de la morosidad en el sector, mientras que las empresas (62%) enfatizan que el motivo predominante de los retrasos en los pagos es la falta de disposición de fondos, incluso superando las demoras intencionadas, que equivalen a un 47%.
En otros términos, la incapacidad de cubrir una deuda tiene más peso que la falta de voluntad.