El futuro jefe de una joven que vive en Texas no dudó en decirle que no la contrataría para su pizzería tras leer un comentario negativo sobre el empleo en la red social
Durante su búsqueda de empleo, la joven fue a una entrevista para un puesto en una pizzería de Mansfield, la ciudad texana donde vive, y poco después la llamaron por teléfono para decirle que había sido contratada. Algo que muchos hubiesen celebrado si estuvieran en su lugar, pero no ella…
“Ewwww… mañana empiezo en ese trabajo de mierd*”, escribió Cella en su cuenta de Twitter, a los pocos minutos de haber recibido la llamada. Aunque nunca imaginó que ese insólito posteo en el microblogging de mensajes de hasta 140 caracteres le costaría el puesto.
Por desgracia, su despectivo comentario fue observado por su futuro empleador, a quien no le causaron gracia las palabras de quien debía comenzar a trabajar para él en pocas horas.
Pero no sólo decidió no contratarla, sino que también le contestó sus desafortunadas palabras también a través de Twitter.
“No… no vas a empezar en ese trabajo de mierd*. Acabo de despedirte. Buena suerte con una vida sin dinero y sin empleo”, respondió Robert Waple, jefe de la pizzería, en su cuenta de la red social.
Sin embargo, cuando Cella leyó este posteo no lo pudo creer y por eso de inmediato llamó por teléfono a la pizzería para ver si su prematuro despido era cierto. Uno de los encargados del lugar le confirmó la novedad, como consecuencia de su imprudente acto de sinceridad.
Tras enterarse de que no sería contratada, cualquier persona se hubiera lamentado mucho por un tiempo largo. Pero éste tampoco fue el caso de Cella, que siguió mostrando que es una mujer de actitudes impredecibles,según publica el periódico Daily News.
Además de comunicarle la noticia a todos sus seguidores acompañándola de sonrientes emoticones, le envió a su “no-jefe” una imagen de una joven tirando dinero. “Ésta soy yo”, comentó en tono de burla junto a la arrogantefotografía.
Esta cínica actitud de Cella también fue vista por Waple, quien decidió explicarle las sencillas tareas que se perdió de hacer en la pizzería a su cargo. “Anotar los pedidos telefónicos, preparar ensaladas y comer pizza gratis. ¿Qué tan duro habría sido eso?”, concluyó el hombre tratando de darle un cierre al insólito hecho.