Por si alguien aún no lo sabe, el alicantino Óscar Navarro (Novelda) compite en la próxima edición de los premios Goya (noche del domingo 9) en el apartado Mejor Música Original junto a nombres como Emilio Aragón, Pat Metheny y Joan Valent. Su banda sonora para la película ‘La mula’ (Michael Radford, 2013) supone su primera incursión en el mundo del largometraje y su primera candidatura a los premios más importantes de la industria cinematográfica española. Todo un mérito. Con solo 75 minutos de música, este compositor y músico ya se ha convertido en toda una revelación del panorama cinematográfico. Residente en la Joven Orquesta de la Generalitat Valenciana, las composiciones de Navarro son interpretadas entre las grandes bandas y orquestas de medio mundo y su candidatura al Goya lo ha situado en la mirada de más de una productora de cine.
El Péndulo de VLCNoticias se puso en contacto con Óscar Navarro para conocer su llega al mundo del largometraje y cómo vive un músico la experiencia de acariciar tan preciado galardón.
El Péndulo: ¿Sorprendido por la candidatura?
Óscar Navarro: Hombre…, como que no te lo esperas pero…, bueno, allí estaremos e intentaremos hacer fuerza. Es mi primer trabajo en un largometraje y sorprende un poco pero ya queda poco y habrá que esperar hasta el último segundo.
E. P.: ¿Cómo surge la posibilidad de hacer la banda sonora de ‘La mula’?
Ó.N.: Pues, para serte sincero, surge justo al año de volver de mi viaje a Estados Unidos. Estaba estudiando composición para cine, en Los Ángeles, en el 2009 y el proyecto vino al año siguiente. Estando ya aquí, prepararé varios proyectos e hice una selección de temas y composiciones para presentar a distintas productoras y directores a ver si les interesaba mi trabajo y no obtuve respuesta de nadie. Un día recibo la llamada de la productora Gheko Films que deseaban ponerse en contacto y tener una reunión. Precisamente Gheko Films fue una de las pocas productoras con las que no me había puesto en contacto y fueron ellos los que me ofrecieron la oportunidad para realizar un visionado de la película. Me pidieron un boceto de la música y les envié la música para los créditos finales. El tema les gustó y aceptaron el tipo de música que había preparado, aproveché para preguntarles cómo lograron contactar conmigo y me dijeron que habían oído mi nombre y que me localizaron a través de mi web.
E.P.: ¿Cómo trabajaste el tema de los pasajes musicales al no tener un director con quien intercambiar opiniones?
Ó.N.: Realmente fue un trabajo excepcional. El director, Michael Redford, dejó la película una semana antes de terminar el rodaje y no pude trabajar con él así que tuve que hacer el proceso de selección y ubicación de los pasajes musicales directamente con los productores españoles. Ellos cogieron las riendas de la película y estuvimos hablando dónde iba la música y dónde no iba. Todo eso lo hicimos durante el proceso de postproducción. Como la cinta ya estaba montada fuimos armonizando los pasajes musicales de toda la película.
E.P.: ¿Pensaste en un tipo de banda sonora más minimalista o preferías la sinfónica?
Ó.N.: Cree una banda sonora muy sinfónica, a la antigua usanza. Quería algo sin diferencia de sonidos, puramente orquestal. Quizás se deba a mi background, yo he estado componiendo y dirigiendo siempre orquestas y formatos sinfónicos y, en parte, es mi referencia y mi aportación al sonido de los grandes directores, un ejemplo es John Williams. Me siento muy identificado con el sonido sinfónico. Ahora se está poniendo en segundo plano el valor sinfónico de la música en el cine, yo sigo votando por que tenga vida y por la orquesta sinfónica. La música sinfónica en el cine trasmite emociones y sentimientos en el espectador. Creo que se recuerda mucho mejor una película por su melodía sinfónica, tienes el ejemplo en ‘Indiana Jones’ o ‘Lo que el viento se llevo’ y otras muchas.
E.P.: ¿Tu referencia fue John Williams o también otros grandes compositores del Hollywood clásico como Miklos Rozsa o Victor Young?
Ó.N.: En un principio no conocía bien a los compositores del cine clásico pero sí que despertó mi interés saber de dónde venían la referencia de Williams y su gusto por el carácter sinfónico en el cine. Eso me dio un empujón grande y me interesé por los trabajos de Dimitri Tiomkin, Miklos Rozsa… En gran medida ellos generaron grandes obras maestras de la música.
E.P.: ¿También utilizas un tema para los personajes o algún pasaje diferenciador respecto a toda la composición?
Ó.N.: Sí, claro, claro. Utilizo un leit motiv que recoge ese valor sobre los dos personajes principales, es el tema de amor, digamos. Quería hacer un tema de amor por las idas y venidas que tiene la historia. Hay partes con más estética española, más zarzuelero o con más españolismos. Los productores me preguntaron, al tratarse de un historia que retrata la Guerra Civil, si podía escribir una zarzuela o aires de zarzuela y les dije que sí. Ellos querían utilizar ese tipo de música que yo conocía perfectamente. Es uno de mis géneros. Hay dos o tres cortes que forman parte del estilo de la zarzuela.
E.P.: La música electrónica y los sonidos digitales han tomado buena parte de las películas que se producen actualmente, ¿a nivel económico supongo que serán más rentables?
Ó.N.: Bueno, depende. Hay trabajos estupendos pero…, a nivel general noto muchísimo más las diferencias. Si hablamos de bandas sonoras de hace 50 o 60 años tengo que decirte que eran más homogéneas, había una correspondencia muy grande con las imágenes y respetaban una fórmulas de diálogos musicales que hoy en día no son tan habituales. La electrónica es fría, no ofrece ni color ni calor musical. Lo que ocurre en España, por ejemplo, es que no hay presupuestos para invertir en una banda sonora. No podemos utilizar una gran orquesta y reunir a un grupo de profesionales para que toquen ya que supone una gran inversión. En mi caso tuve la suerte de poder trabajar con tres meses de tiempo, ya sabes que lo normal es un mes y poco más. Pude confeccionar una banda sonora sin urgencias y con muy buenos medios durante ese tiempo. Trabajé con un equipo excelente y contando con José Vinader como ingeniero de sonido. Tuve, gracias Dios, la oportunidad de contar con una orquesta completa, con unos 80 músicos, componentes de la Orquesta de la Radio Nacional de Kiev (Ucrania) y allí realizamos las sesiones de grabación. Esto también fue posible porque tuvimos un paquete de dinero importante, destinado a la música, que permitió contar con esos recursos, de otra forma habría sido impensable.
E.P.: Te sientes mejor con músicos en vivo para grabar, ¿verdad?
Ó.N.: Creo que casi todos los compositores y directores deberían tener músicos en vivo. Hacer música para cine no es poner música a las imágenes, no es insertar sonidos a lo que ves, es hacer llegar al espectador otra fuente de información, es otra forma de acercar los personajes, es otra forma de sentir la película… Creo que la película está mucho más viva y el espectador está mucho más cerca cuando siente la música interpretada por músicos. Yo mismo hice los solos de piano y clarinete que se escuchan en la película y además tuve la suerte de contar con la voz de Victoria Cava, una cantaora flamenca estupendísima, y con la guitarra de Juan Cedro y…, eso el espectador lo vive de otra manera. La música tiene sangre y el talento de cada intérprete.
E.P.: Muchas gracias por atender a nuestro medio y mucha suerte en la noche de los Goya. Deseamos que tu candidatura sea la que triunfe la noche del domingo.
Ó.N.: Gracias a vosotros y… ¡Ojalá sea así! Sería una gran alegría. Muchas gracias.
El Péndulo de VLCNoticias/Jimmy Entraigües/ Fotos: Web oficial de Óscar Navarro
(NdR: Agradecemos la colaboración de Amparo Moya para la realización de esta entrevista)