ANTONIO PLA
En estos primeros compases de 2012, con los presupuestos del Ayuntamiento de Valencia más austeros desde hace años, nos encontramos con acciones que camufladas en la cantinela de que hay que recortar, la crisis tiene la culpa, etcétera, esconder la verdadera intención, el quitarse de encima aquello que no han creído nunca y donde puede darse la situación en que a algunos colectivos que intentas con escasos recursos fomentar la pluralidad y la participación, intentan ahogarlos aunque no pueden, hacerlos desaparecer porque a pesar de muchos, detrás hay personas que creen y confían en que es necesario la diversidad para conseguir una sociedad mejor.
Hay que tener estómago, nunca mejor dicho, para cargarse el 50% de un mísero presupuesto para la participación, para seguir permitiendo aún más gastos en menús de media y alta gama como dietas de algunos concejales que hacen uso de vehículos oficiales y otras prebendas a costa de unas arcas municipales exprimidas y no precisamente en inversiones en los barrios.
Que recorten “una miseria”, como ha declarado algún miembro del equipo de gobierno “porque no lo tenían muy controlado” es una acción que tiene la finalidad, junto a la rigidez de funcionamiento de las Juntas Municipales (órgano de participación más próximo a los colectivos y ciudadanos) de ir preparando un hueco en la fosa común de las cosas que este ayuntamiento no considera importante ni digno de fomentar, incluso en períodos de crisis, como es la participación. Otros gobiernos de otras ciudades y países llevan adelante un objetivo para de esta forma de compartir el gobierno con los ciudadanos/as como fomentar, impulsar propuestas, acciones, recortes e inversiones de manera participativa y con el objetivo de acercar la gestión y el gobierno a allí de donde emana, de los ciudadanos.
Ahora nos toca pagar a todos/as los ciudadanos/as agujeros millonarios como la Fórmula 1, socializando las pérdidas de los grandes eventos en detrimento del fomento de la democracia y participación de los ciudadanos/as.
Ahora nos toca pagar la deuda contraída por la mala gestión de años en lugar de trabajar y crear para estar preparados para afrontar malos tiempos como los que estamos sufriendo.
VLC Ciudad. Redacción