Un recorrido de dos horas y media por su amplio repertorio dejó más que satisfechos a los seguidores de Rubén Blades que se congregaron en el último concierto de la semana dels Concerts de l’Ajuntament en Vivers, organizados por la Concejalía de Fiestas del Ayuntamiento de Valencia.
El polifacético artista panameño, con su inseparable sombrero negro, dio una exhibición de música ante un público entregado que coreó cada una de sus canciones, desde los clásicos como ‘Juan Pachanga’, hasta las más nuevas de su repertorio que incluso a algunos costaba seguir con el tono.
Una banda de más de diez músicos sobre el escenario, dirigida por Roberto Delgado, acompañó a Blades en un recorrido por sus más de veinte años de música en la que no faltaron algunas alusiones políticas –sin colores- y vivencias de sus grabaciones, viajes y conciertos alrededor de los cinco continentes.
Con un recital a la antigua usanza, presentando todos y cada uno de los temas que iba a interpretar -no en vano la gira se llama ‘Cantos y Cuentos Urbanos’-, el cantante panameño logró convertir la explanada de Viveros en una gran pista de baile en la que se combinaban la salsa con la cumbia y el merengue con la bachata.
Así fue transcurriendo la noche, con piezas como ‘Decisiones’, ‘Ligia Elena’, ‘Ojos de perro azul’ o ‘El Padre Antonio y el Monaguillo Andrés’.
Eso sí, uno de los momentos mágicos y más emotivos de la noche llegó con la interpretación de su éxito más conocido a nivel mundial. Introducido con los acordes del Thriller, de Michael Jackson, y agradeciendo a la Orquesta Platería su difusión en España, comenzó a sonar su indispensable ‘Pedro Navaja’ con un ritmo ascendente que llevó casi al éxtasis a los asistentes.
VLCCiudad/Redacción