Profesor del Departamento de Ciencias de la Comunicación de la Universitat Jaume I de Castelló.
- Me da verdadera grima ver a Llamazares implorando por su pesebre. No se unan con Podemos, por favor, que entonces no tendré a qué escañito agarrarme en toda España.
- ¿La gran operación Podemos va a quedarse en un golpe de estado extra-estatutario en Izquierda Unida? ¿Se trataba de conseguir desde el exterior lo que se les había resistido años en el interior?
- Podemos sigue con su juego de tablero. Ahora que ya tiene copada la silla izquierda de la timba, de lo que se trata es de recortar toda alternativa ético-política que no los contenga en su núcleo. Vamos una estrategia vírica, de las de toda la vida. Primero, fue con las fuerzas periféricas, ahora ya a por IU. La cosa es que al votante de izquierdas no le quede otra que votar “con” ellos. Ojo, porque el PSOE sigue existiendo. Y con tanto querer cercarlo y ponerlo en evidencia, lo que se está consiguiendo es aburrir al personal. Mucho. Los felipobonodiacistas, relamiéndose.
- Al final, a quien tendremos que estarle agradecido los izquierdistas de este país es a Rajoy. Parece que su presencia es lo único que ha podido evitar un tripartito hispaneoliberalsoberanista. Bueno.
- El gran enigma de la política actual, para mí, es Montoro. ¿Qué hace este tío? En serio. Se está dedicando a acorralar, multar, encarcelar y filtrodifamar a todos sus antiguos jefes y actuales compañeros, liderando el cerco a Rajoy y a la vieja guardia del PP. Curioso, ¿no? Igual es el único que no ha robao y está actuando por venganza, rabia y envidia desde su covachita de poli(tico/cía, aunque suena mejor policiático)-burócrata. Pero este ser el principal agente de algo que ya hace meses que es obvio, que el IBEX35 y los grandes capitales españoles van a por Rajoy, resulta extrañamente innatural. Y ahí sigue, empujando a Soria, multando a Aznar, encarcelando a los que puede. Va en contra de mi convicción de que no hay nada más allá de lo obvio, de que en nuestra época, más información equivale a más ruido (papeles y leaks, papeles y leaks, ¡qué mareo!) pero en esta frenética actividad estaloricheliana de Montoro parece que hay gato encerrao. Igual, el de Schrödinger, que está vivo y muerto a la vez. Eso explicaría las incuestionables paradojas conductuales de este muerto viviente que es nuestro Ministro de Hacienda, tan obediente a Bruselas, tan ladino con sus compadres. Obviamente, su semblante mefistozombivampírico acompaña bien estas sospechas de que no está ni vivo ni muerto (o las dos cosas a la vez).
- Y, nada, que aquí seguimos, telepigrafiando, porque las élites, como siempre multidivididas en su izquierdita y en su derechita, están todo rato ocupando el tablero y la pantalla y no nos dejan adintragrafiar. En estas circunstancias, el silencio es una tentación casi irresistible. Valgan como sucedáneos la intermitencia y la brevedad. Eso, sí gongorinas. La oscuridad, si breve, dos veces desenmascaradora.