La unidad de conservación y restauración de CulturArts Generalitat ha presentado esta tarde la restauración del Cristo de Sant Bult, imagen iconográfica de una de las fiestas más antiguas de la ciudad de Valencia, concretamente del barrio de la Xerea.
La rareza iconográfica de la talla de madera policromada y las leyendas sobre su origen envuelven de misterio esta imagen. La leyenda cuenta que su origen es románico, concretamente, que fue encontrada en el año de la conquista de Valencia por Jaume I, sin embargo, los estudios científicos del IVCR han datado la pieza en el siglo XVI.
Según el director general de CulturArts Generalitat, Manuel Tomás, “la restauración del Cristo es de gran importancia para la ciudad de Valencia, dado que la imagen ha tenido altares en varias iglesias de Valencia, entre ellas en la propia Catedral, la Iglesia de San Juan del Hospital, de San Esteban o el Temple”.
Estado inicial
El estudio del Cristo de San Bult ha entrañado una especial dificultad por el estado de conservación y las manipulaciones que la obra ha sufrido a lo largo de su historia.
Tras un primer examen organoléptico se pudo determinar que su estado de conservación resultaba poco óptimo, evidenciándose multitud de alteraciones: suciedad superficial y pequeñas pérdidas muy puntuales de policromía y arañazos, sobre todo en el rostro, manos y pies.
Según Carmen Pérez, de la unidad de conservación de CulturArts, “el aspecto de la túnica evidenciaba una policromía muy basta, característica divergente para una obra de cierta antigüedad, resultaba obvio que la obra había sido intervenida con anterioridad”.
En este sentido, los estudios científicos han puesto de manifiesto que la escultura ha sido modificada en su estructura y repolicromada en diferentes ocasiones a lo largo de su historia.
“El cristo fue sometido a un TAC, que permitió determinar la técnica que se empleó para esculpir la talla a partir de la información sobre materiales, estructura interna, ensamblajes y uniones”, asegura Carmen Pérez.
Este estudio permitió comprobar que la figura está compuesta de cinco fragmentos, de los cuales los más antiguos son la cabeza y el torso.
Los otros elementos son los dos brazos, que se hayan sujetos al torso mediante espigas de madera, la parte delantera de la escultura a partir de la cintura que se haya unida al torso mediante una espiga de madera, y la parte trasera desde la cintura hasta los pies.
Además, tal y como ha explicado Carmen Pérez, los estudios también han puesto de manifiesto que “en época de guerra se seccionaron los brazos para esconder a Sant Bult, y es que la madera estas extremidades es más reciente y se rellenó de masilla”.
Limpieza del rostro
La limpieza del rostro ha sido una de las tareas más complejas y delicadas. Tras analizar en profundidad los estudios estratigráficos, se eliminaron pequeños repintes y estucos existentes, que dejaron a la vista varias policromías superpuestas.
“Se ha podido llegar a la capa original de pintura del rostro, y ahora la pieza tiene un aspecto más natural”, ha asegurado Pérez.
VLCCiudad/Redacción