Fundación Ruralcaja Valencia está desarrollando distintos trabajos dirigidos a potenciar el uso de portainjertos en las producciones de tomate valenciano que permitan incrementar su rentabilidad y reducir problemas de plagas, enfermedades de suelo y virosis, principales causas de crisis y mermas de producción de esta hortaliza. Todo ello favorecerá una mayor eficiencia en la utilización de los recursos hídricos y fertilizantes.
Los ensayos, realizados a través de más de 20 portainjertos, están dirigidos a hacer frente a los posibles problemas de salinidad, los hongos, los nematodos, la virosis, el cansancio de suelos y las condiciones climáticas, entre otros.
El Centro de Experiencias de esta Fundación, ubicado en Paiporta (Valencia), viene investigando, desde el pasado año, los resultados del uso de portainjertos en tomate valenciano, hortaliza cuyo cultivo alcanza las 955 hectáreas en la Comunitat Valenciana con una producción que supera las 63.000 toneladas.
Con ello, pretende dar respuesta a los problemas a los que se enfrentan los productores de tomate, cuya producción puede verse reducida como consecuencia de la ausencia de resistencias a las distintas patologías que afectan a su cultivo.
El Director de Fundación Ruralcaja, Carlos Baixauli, señala que “con la mejora del sistema radicular perseguimos aumentar la tolerancia a las condiciones del suelo y la inmunidad a las patologías. Además, el uso de portainjertos es una técnica ecológica que nos permite controlar enfermedades y algunas plagas de suelo, así como la transmisión por contacto de algunas virosis cuando se utilizan variedades población que, por no haber sido sometidas a procesos de mejora genética, no incluyen resistencia como el TMV”.
Los técnicos de esta Fundación han analizado los rendimientos de los portainjertos comparándolos con el cultivo de la misma selección de tomate no injertado. “Hemos comprobado- señala Baixauli- que se reduce la incidencia del virus TMV transmitido por contacto, también los problemas de nematodos y otras enfermedades, las plantas son más vigorosas, detectando diferencias claras entre los distintos portainjertos analizados.”
El tomate es el cultivo hortícola de mayor producción a nivel mundial. Sólo en los hogares valencianos, según informó recientemente la Conselleria de Agricultura, el pasado año se consumieron 77.900 toneladas de esta hortaliza, lo que representa que cada valenciano consumió de media 15,27 kilos de tomate.
La Fundación Ruralcaja Valencia consciente de la importancia de su cultivo desarrolla, desde hace varios años, distintos ensayos e investigaciones dedicadas a la mejora de las múltiples selecciones existentes de tomate valenciano, así como al incremento de su rentabilidad y calidad como producto autóctono y diferenciado respecto a otras variedades híbridas.
Los resultados de las investigaciones y ensayos se trasladan al sector a través de distintas acciones como jornadas, conferencias, publicaciones, cursos de formación, etc. Entre ellas, cabe destacar que, el pasado viernes, la Fundación celebró una jornada, en su Centro de Experiencias de Paiporta, en colaboración con Syngenta, una de las principales empresas agrícolas del mundo con presencia en más de 90 países.
Durante la jornada dedicada a los portainjertos en tomate, se detallaron los resultados de producción, calidad y desarrollo de las plantas, así como la afección y evolución del sistema radicular en los distintos portainjertos.
VLCCiudad/Redacción
Los asistentes, en su mayoría agricultores y semilleros profesionales, pudieron visitar los trabajos de campo que se han desarrollado en el Centro de Experiencias y comprobar “in situ” los resultados obtenidos en cada una de las experiencias con los diferentes portainjertos de tomate.