El popular presentador de informativos, David Cantero, acaba de publicar su cuarta novela, ‘El viaje de Tanaka’ (Planeta, 2014), una bella y conmovedora historia sobre una joven que emprende un largo y profundo camino, en todos los aspectos, en lo que descubrirá parte de los significados de la vida y la muerte. Un viaje, un camino, en el que la fantasía y la leyenda se dan la mano en cada página.
El Péndulo de VLCNoticias charló, vía telefónica, con Cantero y descubrimos a un hombre sensible y apasionado por la ciencia ficción y las cuestiones metafísicas. Lejos del rigor que imprime a su labor de presentador de noticias, Cantero es afable y cercano en la conversación.
El Péndulo: Entre las personas a las que dedicas el libro se encuentra el gran dibujante y director Hayao Miyazaky y…, claro uno remite el título de tu libro a la estupenda película ‘El viaje de Chihiro’, ¿es un guiño, un homenaje a Miyazaki?
David Cantero: Sí, sin la menor duda. Además, Miyazaki es uno de mis directores y creadores preferidos. He visto todas sus películas y soy fan de los universos y los mundos que crea. Toda esa relación mágica, misteriosa, sobrenatural que entronca con la tradición japonesa me fascina y sus creaciones e historias son preciosas. Tengo que ser sincero, inicialmente el título iba a ser ‘La visita de Tanaka’ pero…, la visita se convirtió en viaje que es algo que siempre me atrajo. Yo soy muy viajero y la idea de viaje terminó ocupando el título del libro. También es verdad que el libro está lleno de guiños cinematográficos y de guiños literarios. Es una manera de rendir homenaje a todas mis pasiones y adicciones tanto en el cine como en la literatura. En este libro he volcado varias de esas lecturas y películas que siempre me gustaron.
E.P.: Y también, tras la dedicatoria, se encuentra el nombre de James Hilton, autor de ‘Horizontes perdidos’; el nombre del director Frank Capra, director de la película y… Shangri-La, lugar imaginario que aseguras que también te inspiró para el libro.
D.C.: Efectivamente. La película es maravillosa y es muy fiel a la novela de Hilton. Es un film que vi de pequeño y me dejó fascinado. La creación de un lugar donde se envejece dignamente, donde reina la armonía y la sabiduría entre las personas que viven allí, me pareció un sueño alcanzable. Ir a envejecer y morir en paz en un sitio ajeno a los temas del mundo, las envidias, las desdichas…, un sitio donde la vejez se vive con tranquilidad y sin esa sensación de vacío por los muchos o pocos años que queden de vida. No sé…, me imagino que es lo deseable y hasta realizable una situación de retiro donde la vejez no sea un problema y la muerte una desgracia. Yonsú es en mi novela el Shangri-La al que se dirige Mei Tanaka y quiere conocer, es el lugar que podríamos visitar en los últimos años de nuestras vidas. Un espacio armónico y posible.
E.P.: La novela, que es una gran metáfora sobre la vida, es también una propuesta que funciona como un antídoto ante la muerte, ¿querías desdramatizar el concepto que tenemos sobre la muerte?
D.C.: ¡Pues, sí, tienes toda la razón! Es más, quería plantear esa dualidad sobre la relación vida/muerte que desde una visión occidental nos provoca muchas angustias. La tradición oriental, las leyendas y las historias que se mantienen en Japón son diametralmente opuestas a las que tenemos en Europa o en Occidente en general. Este recorrido por la vida debe hacernos reflexionar sobre cómo vivimos, de qué manera vivimos y de qué manera enfrentamos nuestra última etapa de vida.
No cabe duda que al reconocer que ya nunca estaremos nos provoca cierta sensación de angustia y desazón, nos hace saber que somos mortales y frágiles pero…, es necesario saber que la proximidad de los últimos años de nuestras vidas nos permite mirar cómo hemos vivido y qué frutos hemos sacado de nuestros años de vida. Creo en que podemos tener una vejez digna, disfrutando de lo que tenemos, de lo que hemos sido durante todos esos años, de lo que podemos sentir en la etapa final y de lo que podemos hacer por nosotros y los demás mientras nos llega la muerte. Te confieso que no sé si es una desdramatización de la muerte, algo hay seguro, pero sí una reflexión sobre la vejez y ese trayecto que se cumple entre la vida y la muerte. Sí la novela funciona como antídoto para no tener un concepto sobre la muerte tan negativo y trágico…, creo que ya cumple un estupendo objetivo.
E.P.: El personaje de Kento es muy interesante, evoluciona progresivamente y tiene un desarrollo interior muy cuidado, me pareció encontrar algo de Ray Bradbury en él como los personajes que habitan los cuentos de ‘Remedios para melancólicos’, ¿puede ser?
D.C.: ¡No sabes la alegría que me da oír eso! Bradbury es uno de mis autores preferidos y más admirados. Lo he leído todo de él, ‘Fahrenheit 451’, ‘El hombre ilustrado’ y…, bueno, el que más me ha gustado siempre es ‘Crónicas marcianas’. Me encanta pero también soy un gran admirador de Asimov (Isaac) y de Clarke (Arthur C.), es un género del que soy un gran seguidor.
E.P.: Bradbury era un gran escritor pero también era un gran conservador, muchos criticaron su ideología conservadora pero a la sensibilidad de sus cuentos.
D.C.: Sin duda alguna, pero como todo gran autor era una persona compleja y completa. Era un científico y con saber único en el género de la ciencia ficción. Era todo un personaje y maestro de la narrativa. Si, de verdad, el personaje de Kento tiene una minúscula parte de cualquier personaje de Bradbury quiere decir que algo de él he aprendido. Es un halago que me digas que ves el espíritu del gran Bradbury en mi trabajo. Supongo que de tanto leerlo algo habrá quedado.
E.P.: ¿Por qué el escenario de Japón para tu novela?
D.C.: Si te digo la verdad, Japón salió de forma involuntaria. Si bien es verdad que como país, como cultura y como espacio literario me atrae…, surgió y fue Japón el lugar elegido para la novela. Es algo que sucede y no controlamos. Me atasqué en una de mis novelas, no iba ni para adelante ni para atrás, y tenía unas notas sobre un personaje en Japón y…, me apasionó. Había una elección premeditada de que todo ocurriera en Japón pero…, resultó que esa elección fue tomando cuerpo y se convirtió en ‘El viaje de Tanaka’.
E.P.: La idea del viaje, y el lugar elegido, ya indica que nos encontramos con viaje físico, espacial y un viaje mucho más interior, más espiritual.
D.C.: Sí, sí. Mis libros están llenos de viajes. Repito, soy muy viajero y uso una autocaravana para recorrer los sitios que quiero visitar. No puedo dejar, ni abandonar ese tema. ‘El viaje de Tanaka’ es un viaje exterior e interior, es un libro sobre la pérdida y la búsqueda. Mis libros están llenos de viajes. Siempre viajo y…, viajo mucho a las profundidades de la mente y del alma. Mi anterior trabajo, ‘El hombre del baobad’ habla precisamente sobre la existencia vacía que solo podemos llenar cuando iniciamos un camino interno y nos detenemos a pensar sobre ello.
E.P.: David, muchas gracias por atendernos y escribir historias tan conmovedoras.
D.C.: Gracias a ti, ha sido una entrevista estupenda, me has hecho preguntas sobre el libro que me han encantado.
E.P.: Gracias y…, mucho éxito.
D.C.: Un saludo grande.
El Péndulo de VLCNoticias/Jimmy Entraigües/Fotos: Editorial Planeta