El popular presentador de Telecinco, Christian Gálvez, acaba de publicar su primera novela, ‘Matar a Leonardo Da Vinci’ (Ediciones suma de Letras, 2014), una obra de corte histórico donde el genio del Renacimiento se ve envuelto en una terrible conspiración que busca acabar con su vida y donde se dan la mano no solo una galería de personajes que van desde artistas como Verrocchio, Botticelli o Miguel Ángel sino también poderosos hombres como Lorenzo de Médici, Savonarola o el papa Sixto IV.
Christian Gálvez, al margen de su trabajo como presentador de uno de los concursos televisivos más seguidos, se ha convertido en todo un especialista en Leonardo. Sus conferencias son cada vez más demandadas y el hecho de vivir a caballo entre Madrid y la Toscana le permite indagar y estudiar de cerca a su personaje favorito.
El Péndulo de VLCNoticias tenía ganas de hablar con Gálvez y conocer su pasión por la vida de Leonardo y descubrir qué le impulsó a escribir una novela sobre una personalidad de la que, al parecer, ya está todo dicho.
El Péndulo: Dices que el origen de tu dedicación a la figura de Leonardo viene cuando visitaste el cenácolo de Santa María de las Gracias, en Milán, en el año 2009…, lugar que, por cierto, se necesita meses para adquirir una entrada y…, que lograste entrar de una manera muy especial, ¿cómo ocurrió este hecho?
Christian Gálvez: Bueno…, estaba de visita en Milán, porque estaba rodando un anuncio y, lo típico, dices ‘ya que estoy aquí porque no vamos a volver nunca pues…, vamos a visitar el fresco de Leonardo’. Intenté comprar entradas por todos los medios y fue imposible, además, como tu bien dices, se necesitan un par de meses para adquirir las entradas. La cuestión es que, estando allí, me dijeron que la única oportunidad que había era que en el último grupo haya faltado alguien y entre por esa persona pero, no ha pasado nunca. Nadie falta a su cita con Leonardo. Entonces, vino el último grupo vi a una persona haciendo señas y dije ‘esta es la vía’. Le pregunté si había caído una persona y entré con ellos. Ya sabes que cuando entras allí cierran las puertas y ya no dejan ni entrar ni salir a nadie y en ese momento, al cerrar las puertas, me doy cuenta que estoy con un grupo de gente de educación especial. Eran personas y niños con síndrome de Down y…, no sé, me quedé un poco parado. Sentí que me estaba aprovechando de la situación porque no me había dado cuenta y cuando llegamos a la última puerta, la da al refectorio y girar a la derecha te ves la obra pues…, una niña pequeña me coge la mano, me sonríe, me lleva hasta el mural y durante los quince minutos exactos que dura la visita la niña no miro nunca el mural, solo me miraba a mí sonriendo como si supiese lo que movía al llegar frente a la obra.
Cuando salí, me esperaba mi amigo y representante fuera y le dije lo que me había pasado y me dice ‘bueno, eso es el resultado del karma’ y, claro, le pregunté ‘¿y qué tiene que ver el karma con todo esto?’ y me responde ‘estamos en 2009, tú llevas en tv diez años ya, ¿cuántas veces has hecho calendarios, fotos, ayudas a niños con síndrome de down y nunca has pedido nada a cambio?… Dije ‘muchas, siempre me gustó echar una mano’; ‘bueno’, respondió mi amigo, ‘se te ha devuelto de esta manera’ y me quedé parado y dije ‘uuuhhh’ y… Bueno, ahí me quedé, el personaje me atrapó mucho y empecé a rascar en la vida de Leonardo y encontré mucho.
C.G.: Claro, o es causalidad o casualidad. Algo hay de eso.
E.P.: Al empezar tu investigación, supongo que más de un personaje histórico te habrá sorprendido, ¿no? Descubrir aspectos o hechos que quizás desconocías.
C.G.: Con Leonardo no he dejado de sorprenderme porque han sido cinco años de investigación en lo que, al principio no iba a ser una novela. No estaba trabajando en una novela, estaba trabajando en mi propia biografía y cuando leí la biografía de Charles Nicholl me dije que no iba a hacer una biografía sobre Leonardo porque ya estaba escrita y…, hacer un ensayo tampoco me convencía mucho la idea y… si ya por escribir una novela me consideran un advenedizo imagínate con un ensayo. Entonces pensé en el guión de una película y al final ese guión se transformó en una novela. Sí que me ha fascinado la dualidad, las dos maneras tan diferentes de pensar de dos genios como Leonardo y Miguel Ángel que son dos tipos de inteligencias diferentes. Leonardo era una inteligencia expansiva, es decir, buscaba la sincronía entre todo el conocimiento y buscaba que si las aves y las aguas se movían de una determinada manera él podía pintar mejor el cabello y… Miguel Ángel es el máxima exponente de una inteligencia concentrada, que es todo lo contrario. A pesar de que también era un polímata siempre buscaba el mismo objetivo en cada obra: la fuerza, el vigor, la energía… Lo podemos ve en el David, lo podemos ver en su Moises…, incluso en la Capilla Sixtina las mujeres son musculadas o el Cristo de El Juicio Final y…
E.P.: … Incluso tiene un poco de barriga el Cristo de ése mural.
C.G.: ¡Claro! Saco de nueces lo llamaba Leonardo y… Miguel Ángel sería el más fuerte, de una expresividad corporal increíble y Leonardo sería…, más lejos. ¿Cuál es la mejor? Pues, las dos. Sí que es verdad que eran rivales pero en la intimidad se admiraban profundamente y se sabe que pese a las diferencias ninguno cuestionaba la obra del otro. Creo que los dardos que se lanzaban eran más bien de una rivalidad tomada como un juego.
E.P.: Eso le pasaba a Rafael (Sanzio) frente a las obras de Leonardo y Miguel Ángel, parece que temía verse influenciado por el talento desbordante de aquellos genios aunque todos lo conocían como ‘el divino Rafael’.
C.G.: Bueno, bueno, bueno. Además Rafael vivió solo treinta y siete años que si llega a vivir ochenta la lía parda el tío.
E.P.: Fíjate que cuando Miguel Ángel deja de pintar la Capilla Sixtina le solicitan a Rafael que continúe y renuncia cuando veo aquellos techos y que aún falta la mitad por terminar alegando que es una tarea imposible.
C.G.: ¡Hombre! Lo de la Sixtina es titánico, único, pero…, creo que si Rafael hubiera vivido unos años más la lía parda y pone todo patas para arriba. Rafael es de una exquisitez increíble.
E.P.: Sitúas a Leonardo en Barcelona durante el periodo de 1481 a 1483, ¿querías arrimar la historia hasta nuestro país dado que hay un vacío durante esa etapa de la vida de Leonardo?
C.G.: No, he intentado homenajear, para bien y para mal. A través de la documentación de la novela he leído a los grandes de Leonardo, es decir a Nicholl, Kenneth Clark, Racionero, Pedretto e incluso a José Luís Espejo que es uno de los máximos exponentes, de momento y…, hasta dentro de muy poquito por lo que sé, de esa posible teoría de que Leonardo pudo estar en Barcelona y pudo estar en Montserrat, de hecho un pariente de Leonardo está enterrado en Barcelona, Giovanni De Vinci que era hermano del bisabuelo de Leonardo, y…, cabe la posibilidad de que el ‘San Jerónimo’ se empezase a pintar por encargo en la abadía de Montserrat. Se da también la causalidad de que ese mismo abad comendatario terminaría convertido en el Papa que le encarga la Capilla Sixtina y por eso el ‘San Jerónimo’ está en la pinacoteca del Vaticano. Me gustó mucho la historia y la gente me preguntaba ¿por qué? Y yo decía ¿y por qué no? Se sabe que Leonardo parte de Italia en 1481, bajo notaría y la última firma aparece esa fecha, y se sabe que reaparece en 1983 a las órdenes de Ludovico Sforza. ¿Dónde estuvo esos dos años? También se especula con que podría haber formado parte de una comitiva como espía a las órdenes de los Médici de la corona de Aragón y que por eso termina trabajando para César Borgia y ect, etc, etc.
E.P.: Estamos hablando de un Leonardo joven con 30 años, más o menos.
C.G.: Sí, sí. 29 o 30 años. Tenía esa edad cuando hizo, supuestamente, ese primer viaje aunque se supone que hizo un par de viajes más. La idea del espía sí que se ha tocado, desde el punto de vista del ensayo, y me apetecía hacer un homenaje y no le pongo como espía pero lo pongo como víctima de una conspiración donde lo extraordinario resulta peligroso.
E.P.: Tu novela tiene mucho ritmo y muchas acciones. En ella vemos un Leonardo capaz de rescatar a un Médici con su máquina de volar y me hizo acordar a la serie ‘Leonardo Demon’s’
C.G.: Yo no pude no esa serie. A Los 20 minutos del primer capítulo dejé de verla. No concibo a un Leonardo heterosexual, putero y drogadicto. Yo no lo veo así.
E.P.: Era una serie, una nueva visión sobre Leonardo nada pretensiosa, era un divertimento.
C.G.: Era un concepto muy americano, me resultaba imposible aceptar aquella propuesta. Todo lo que pongo en mi novela es real e intento que todo suceda en sus ámbitos temporales. Mis licencias literarias ocurren dentro de los hechos que vivió Leonardo. Si Leonardo muere en 1519 tiene que morir en 1519 aunque yo lo sitúe dentro de una conspiración. Leonardo muere cuando muere porque no es un personaje, es una persona que existió y su historia es real.
E.P.: Gracias por atendernos Christian y…, mucho éxito con tu novela.
C.G.: Gracias a vosotros.
El Péndulo de VLCNoticias/Jimmy Entraigües/Fotos: J.E.