Clara Peñalver llegó a Valencia a presentar su último libro, ‘Cómo matar a una ninfa’ (Ed. Random). Está joven Sevilla ya había gozado del favor de los lectores con su novela ‘Sangre’, que le dio el premio Mejor Escritora Novel en el Festival ImaginaMálaga 2010. Vestida de riguroso negro, amplia sonrisa y dos largas coletas en su pelo, Clara habla con entusiasmo y abierta franqueza de su nueva novela y su forma de abordar la literatura.
Un fuerte chaparón cae sobre la ciudad y el espacio reservado para la entrevista, un bar céntrico, se colma de clientes. La entrevista se hace muy próxima para evitar ruidos en la grabación y la cercanía habilita que Clara se muestre locuaz y espontánea en sus gestos. Es una mujer con encantos al hablar y al moverse.
El Péndulo: ¿Por qué una novela de detectives y misterio?
Clara Peñalver: Este género me permitía tener los mayores contrapuntos de la historia (y mueve sus manos). Tener pasajes muy crudos, muy bestias, muy fuertes y luego unirle situaciones emocionales más suaves y más dulces. Me permite manejar mejor los extremos de la narración. Además (dice dibujando una sonrisa), el misterio es un género que me encanta y una historia de detectives da mucho juego para una protagonista como Ada que está creciendo en muchas partes de su vida.
E.P.: Un género como el policial o el thriller hacen que los personajes avancen sin tregua, debido a las acciones, así que tu personaje tiene la plataforma perfecta.
C.P.: Es que me gusta mucho el género criminal, el misterio. Me parece que, para mi estilo o mi forma de escribir, es el territorio más cómodo. Donde me siento más segura. Creo que puedo hacer que el personaje crezca de diversas formas, a veces metiendo la pata o cometiendo errores para más tarde darse cuenta y corregirlos. Ada también es un personaje que necesita unas emociones fuertes para liberarse de algunas cosas de su vida que también son muy fuertes.
E.P.: Adviertes a los lectores que pueden leer la novela escuchando a algunos grandes intérpretes del jazz como Miles Davis, Mildred Bailey o Jimmy Dorsey, ¿por qué está necesidad musical para acompañar la obra teniendo en cuenta que es un jazz más clásico que el formato narrativo que usas y el universo creado para Ada?
C.P.: Para mí (y abre sus ojos con intensidad), y antes de empezar a escribir la novela, el jazz era ese tipo de música que te acompaña en los restaurantes, en las salas de espera o en cafeterías bonitas como música de fondo, ¿no? Y un día, en uno de estos sitios, fui consciente que estaba sonando una canción muy bonita y pregunté qué tipo de música era y quién era su autor y me dijeron que era un tema de jazz y…, me imaginé escribiendo la novela a ritmo de jazz y, a partir de ahí, comencé a mirar qué autores me podían gustar, que canciones me gustaban más y me hice una lista de reproducción para escribir al ritmo de la música.
E.P.: Felicidades por el buen gusto de los intérpretes elegidos que propones a los lectores.
C.P.: ¡Muchas gracias! (dice sonriendo). Yo, ahora mismo estoy aprendiendo a escuchar y a disfrutar del jazz.
E.P.: En la novela, Ada también dice que está aprendiendo a escuchar jazz y hace referencia a algunas canciones y a algunos intérpretes, ¿esta vinculación entre autora y protagonista no es casual?
C.P.: ¡Sí, sí, es verdad! (comenta riendo y moviéndose en la silla). Hay una vinculación muy importante entre Ada y yo. Yo soy motera, motera de las de verdad y…, me hacía ilusión regalarle a Ada la mayor ilusión de mi vida, como es ser una motera… Luego le he puesto muchas cosas que son muy mías, por ejemplo…, los momentos ridículos que aparecen en la novela son muy típicos míos. El que…, de repente estar en un sitio donde todo el mundo está hablando y se hace el silencio y ser yo la que hace un comentario absurdo en voz alta es… Es muy mío. Y, quería dárselo a ella. Y lo del jazz, también. Qué mejor forma de naturalizar el que yo esté aprendiendo jazz que hacer que la protagonista también esté aprendiendo a escuchar jazz. Si no podría quedar como muy forzado. Para mí era complicado y no quería meter la mata. Quería que no se note que no sé más de lo que sé y que también Ada tuviera esa sensación. Estamos las dos aprendiendo a escuchar jazz (dice sonriendo).
E.P.: En la novela has puesto notas musicales entre secciones de los capítulos, ¿es para guiar al lector y motivarlo para que escuche alguna pieza mientras lee?
C.L.: Esas notas vienen a marcar los cambios situacionales y, al principio, me marcaba el ritmo de la novela, lo que pasa es que al estar ojeando el manuscrito, estéticamente me parecía que quedaba muy bonito y se lo propuse a la editorial y dijeron que sí, que se quedaría así. A mi me pareció estupendo.
E.P.: Lo que pasa es que en algunas acciones o pasajes oír a Stan Getz o Duke Ellington resulta difícil de emparejar, ¿no te parece?
C.L.: Sí. Me di cuenta, al terminar la novela de que había varios capítulos en lo que había acertado con la canción y con el fragmento. En otros hubiera funcionado mejor elegir otra canción. Mi propósito con la siguiente novela es…, ir eligiendo los temas de jazz acorde a cada trama o subtrama de la novela.
E.P.: Entonces, tenemos a Ada en una nueva intriga y con un nuevo reto.
C.L.: Sí, sí. Es el nuevo reto. Habrá un trocito sobre la Camorra napolitana narrada a ritmo de swing, la parte más frenética de la novela, seguramente, estará con ragtime de Joplin (Scott). Mi idea es hacer un recorrido de autores de jazz que me gustan mucho y cuyas historias me han marcado porque son muy bestia, muy fuertes.
E.P.: Ada narra, en primera persona, todo lo que vive a su terapeuta como ejercicio de autoanálisis, ¿crees que era necesario este recurso cuando Ada, en realidad, podía contar su historia sin necesidad de ese personaje?
C.L.: Estoy totalmente de acuerdo, sí. La empatía con el lector podría tenerla ella. Pero la gran excusa de la novela y sobre el personaje de Ada no me la da la terapeuta. Lo que yo quería con Ada era hacerla crecer y para ella, con cada nueva novela, habrá un momento en que recurre a su terapeuta porque no puede avanzar. Ahora mismo Ada es una carcasa que se ha endurecido al cabo de un montón años en lo que no ha sido feliz y ha decidido que, ¡pum! me pongo la carcasa y me comporto como soy. Dice tacos, trata a los hombres como quiere… Esta es la Ada del principio. Ella seguirá teniendo problemas y el hecho de que ella pueda encontrar el amor, no significa que sea madura para tener una relación de amor o llevar su vida mucho más equilibrada. Ella irá recurriendo a su terapeuta cuando no sea capaz de salir de su carcasa o no sepa resolver sus conflictos más internos. Para mí, la terapeuta es la gran excusa para el crecimiento personal del personaje.
E.P.: Veremos a Ada crecer por ella misma.
C.P.: Sí. Ella va a crecer aprendiendo a analizar qué es lo que hace bien y mal. Ella es un personaje muy extremo y necesita crecer desde sus experiencias y madurar por sí misma.
E.P.: Y cuándo veremos otra aventura de Ada.
C.P.: Por suerte ya me han encargado la siguiente novela y, probablemente, para la feria del libro del año que viene estará la siguiente entrega de Ada lista y espero que crezca, como mínimo, en tres tomos. Quiere que el personaje madure en tres historias e intentaré que las historias empiecen y terminen en cada libro.
E.P.: Sospecho que también haces terapia desde la escritura.
C.P.: Sí (sonríe), desde siempre. Hasta que entendí que la escritura era para avanzar creo que, y escribí mucho haciendo terapia, creo que me perjudiqué. Me di cuenta que escribía para regodearme en mis temas y problemas y no para liberar. Ahora ya escribo para divertirme, disfrutar y soltar mis temas internos en los personajes. Tengo dos cuadernos, uno con el que creo historias y otro con las pajas mentales de Clara Peñalver donde suelto todo lo que me preocupa.
E.P.: Ada tiene el perfil de heroína. Creo que teníamos una ausencia, en la literatura actual española, de una heroína que va creciendo como mujer al tiempo que vive sus aventuras, ¿te habías planteado esta carencia sobre una joven que se construye mientras vive diversas aventuras?
C.P.: Hmmm (mira con grandes ojos y bebe un poco de su refresco cola). Creo que hay determinadas preguntas que no debo responder porque no he leído lo suficiente. No sé si hay pocas o muchas heroínas jóvenes en la literatura en España, pero tampoco me lo había planteado.
E.P.: Pero, ¿pensaste en la creación de una heroína para tu novela?
C.P.: No, no, francamente no. Yo cuando escribo lo hago para divertirme, escribo la historia que me gusta y he tenido la suerte que mi historia le gustara a la editorial y al público. No pensé que Ada fuera a convertirse en una heroína para los lectores.
E.P.: Pues ya casi lo es.
C.P.: Bueno, a muchos de mis lectores les encanta. Ya veremos.
E.P.: Clara, muchísimas gracias por atender nuestro medio y mucho éxito con esta novela y la próxima. Ada parece tener un largo recorrido en las librerías.
C.P.: ¡Gracia! (y hace el gesto de aplaudir). Muchas gracias a vosotros, de verdad, ha sido un placer.
El Péndulo de VLCNoticias/Jimmy Entraigües