El conocido showman, cantante y presentador televisivoEl Gran Wyoming, presenta mañana en el Centro Cultural La Nau de la Universidad de Valencia su nuevo trabajo literario: ‘No estamos solos’ (Planeta 2014).
El texto reúne, en sus trescientas páginas, un durísimo manifiesto contra la clase política gobernante y una gran mala leche contra la forma de hacer y entender la política de nuestros actuales representantes parlamentarios. Con mucho humor, sarcasmo y burla, El Gran Wyoming no deja títere con cabeza, incluido el ciudadano de a pie que piensa que con su simple voto, cada cuatro años, ya lo tiene todo hecho.
El Péndulo de VLCNoticias habló con el autor madrileño, vía telefónica, para saber si el retrato que ofrecía su ‘No estamos solos’ lo mantenía a pies juntillas y… El Gran Wyoming contestó sin pelos en la lengua a cada una de nuestras preguntas.
El Péndulo: Tras leer tu libro da la sensación que seguimos en la España del ‘El Lazarrillo de Tormes’ en donde la picaresca y el oportunismo campan a sus anchas.
El Gran Wyoming: Sí, un poco es así o peor. En los años de ‘El Lazarillo…’, las comunicaciones tardaban más y las tropelías se conocían mucho más tarde, las formas de comunicación no eran tan perfectas, ¡incluso había gente que censuraba en sus escritos y públicamente aquellos desmanes! Había gente con una cierta cordura ética pero es que ahora… Te llevas las manos a la cabeza al ver con qué alegría y morro cuatro politicuchos y empresarios se llevan la pasta, el jamón y el queso sin tener que rendir cuentas a la justicia y entrar a la cárcel. Esto no ocurre en el resto de países de Europa. Cualquier acto delictivo de un político, o de cualquier personaje vinculado a la política, recibe el castigo que le corresponde. Claro que en Alemania, Francia o Bélgica hay listillos que se aprovechan de la política pero no con el morro que le ponen aquí. Cuando en un país serio pillan a un listo que se forra con trapicheos, subvenciones, sobres o tráfico de influencias se los ‘cargan’ ipso facto y se enfrenta a la opinión pública y la justicia sin más. Aquí tenemos manga ancha para que puedan delinquir a cara descubierta.
E.P.: Comentas que la ‘marca España’ es en realidad un sello al servicio de los políticos pero, ¿hay una ‘marca España que nos identifique?
E.G.W.: España tiene muchas caras y muchas identidades. Es un conjunto de historias y características diferentes como para acuñarla en un slogan. La verdadera ‘marca España’ es la derecha que tenemos que solo encuentra en los casos como ‘Gürtel’ su forma de hacer visible al país. Pero la ‘marca España’ no es solo la representación de lo que vivimos hoy, es un cuño que viene registrándose de lejos, desde hace décadas. El franquismo vendía muy bien eso que se llamó el ‘ser español’. Se suponía que el resto de países del mundo nos tendrían envidia al ver una identidad tan marcada con el ‘orgullo español’, la ‘furia española’ y todas esas chorradas… Eso ya marcaba el producto que luego se acuño como ‘marca España’. Lo que más me molesta, y creo que a todos, es que esta gente, estos chorizos de poca monta, no respetan las formas del propio modelo democrático. La derecha europea saca su provecho político y económico y hacen creer al ciudadano que aquello es beneficioso para él y para la sociedad, incluso le deja coger las migajas de esos beneficios, al menos con ese mínimo respeto de sociedad que vota y algo tiene que decir, pero es que aquí no se toman la molestia de contar con el ciudadano y la sociedad para sus actos, nos toman por idiotas y piensan que somos seres sin la más mínima inteligencia. Cada día cometen una falta de respeto sobre la ciudadanía. Eso también es parte de la ‘marca España’ que venden, no dirigirse a la sociedad, al pueblo.
E.P.: El pensamiento conservador y ultraconservador carga con la etiqueta de falta de sensibilidad cultural, intelectual, teórica… Pero, también hay una parte del electorado que se volcó hacia esa fórmula política, ¿ése perfil también se corresponde al de los votantes?
E.G.W.: Mira, esta derecha intransigente, soberbia y amoral sabe muy bien que hay una parte del electorado que la sigue y acepta el modelo que impone. Repito, esto no es de ahora. Hay una gran parte del electorado que mira con buenos ojos el modelo político conservador y muy de derechas. Este siempre ha sido un pueblo sometido a las órdenes de reyes vulgares, dictadores, militares y salvapatrias cuyo amor a la iglesia y al poder era tan grande como sus ansias de poder y dinero, ¡joder! ¿Tú eres argentino, no?
E.P.: Mitad y mitad.
E.G.W.: Fenomenal. Fíjate que cuando cae el fascismo en Europa, en España triunfa. Nuestro país fue el único donde el fascismo triunfa y se mantiene durante cuarenta años. Esos cuarenta años moldaron un pensamiento, una ideología, una forma de entender la vida política que aún, por desgracia, perdura en muchos españoles. Todo el modelo franquista sigue impregnando las instituciones. ¿Se sentó alguien en la Transición, incluso más tarde, por los crímenes de guerra? No. ¿Se apoya la ley de Memoria Histórica para identificar las tumbas de los represaliados por la dictadura? No. Miles de votantes pasan de estos temas, tan importantes, para ir a votar a un político corrupto por el solo hecho de no mover el pasado o no entrar en viejas guerras. Eso también forma parte de la vieja consigna de la ‘marca España’.
E.P.: La derecha española es inamovible.
E.G.W.: Aquí es retrógrada. Quiere volver a tres o cuatro décadas atrás. ¿Sabes cómo leí ‘Rayuela’ (Julio Cortázar)?
E.P.: No, ni idea.
E.G.W.: Lo leí hace cuarenta años a escondidas. Me lo pasó un compañero de la universidad de manera clandestina. Era un libro prohibido. Así leí ‘Rayuela’, clandestinamente.
E.P.: Pero ‘Rayuela’ no es un libro subversivo; al menos, no políticamente subversivo.
E.G.W.: Es un libro cojonudo. No tenía, ni tiene, nada de político pero sí era subversivo ideológica e intelectualmente. Pues eso pasó hace solo cuarenta años con un libro que era un canto a la libertad personal y terriblemente original. Tenemos una derecha retrógrada que volvería… ¡Qué coño! Que quiere imponer un pensamiento arcaico y vetusto en todos los terrenos. Te pongo un ejemplo. Cuando se enseña, en la Comunidad de Madrid, Historia Contemporánea, el tema de la Guerra Civil se plantea como un hecho que comenzó en 1934 en Asturias y que no hubo ningún golpe de Estado. Se niega ese hecho histórico. La idea que el franquismo murió con Franco es falsa. Franco murió en su cama y cuarenta millones de españoles siguieron su muerte sin problemas. De alguna manera, por error, por omisión o por acción los cuarenta millones estaban ahí y formaban parte del régimen. Y…, de alguna forma sus tentáculos continúan.
E.P.: En tu libro dices que el presente ‘es desolador’, entonces…, ¿qué nos espera a medio plazo?
E.G.W.: ¡Joder, ya me gustaría saberlo a mí! Creo que hemos perdido independencia para dar la cara. Deberíamos plantarnos. Tomar acciones como ciudadanos y demostrar que no estamos de acuerdo en nada de lo que hacen y en nada de lo que dicen. La acción ciudadana y pública puede hacer que algunas cosas cambian a favor de la sociedad y… Si no es así habrá que recurrir a lo dijo León Felipe: ‘Aún no queda la palabra’.
E.P.: Wyoming, mil gracias por atender nuestra llamada.
E.G.W.: Gracias a vosotros por dar cancha a mi trabajo y espero que venga mucha gente a la presentación en La Nau.
El Péndulo de VLCNoticias/Jimmy Entraigües