La periodista y escritora Julia Navarro visitó, recientemente, Valencia para dar a conocer su nuevo trabajo novelístico: ‘Dispara, yo ya estoy muerto’ (Editorial Plaza Janés). Situada ya entre las novelistas más leídas de España, su nueva obra lleva 10 semanas entre las más vendidas, Navarro ya conoce el reconocimiento nacional e internacional gracias a novelas como ‘La hermandad de la Sábana Santa’, ‘La sangre de los inocentes’ o ‘Dime quien soy’. Puntual a la cita, y frente a un zumo de naranja, Julia Navarro llega dispuesta a comentar las interioridades de su nueva novela que combina un contundente marco histórico en la crónica de dos sagas familiares.
El Péndulo: ¿No se encuentra agotada de esta gira de presentación cuando su nueva novela se ha convertido en un éxito editorial?
Julia Navarro: No, no, para nada. Para mí es muy interesante. Además…, conoces gente nueva, tienes contacto con los lectores, tienes contactos con las librerías… Yo vivo en Madrid y a los lectores de Madrid los conozco pero es gratificante conocer a los lectores de otras ciudades, ponerles una cara, saber para quién estás escribiendo y quiénes compran tus libros.., en realidad la promoción la llevo muy bien y no me siento cansada para nada, al contrario, me gusta.
E.P.: ¿Tiene ascendencia judía?
J.N.: No.
E.P.: Esta novela, que plantea los avatares de un saga familiar judía y la posterior relación con una familia palestina, a lo largo de medio siglo XX me hizo pensar en una posible raíz judía.
J.N.: No, no había ninguna raíz de origen judío. Para mí este libro es un libro de personajes, es un libro que quería escribir con ese aire orteguiano de cómo las circunstancias nos marcan. Si tú naces en Palestina y en éste lado hay judíos y en la acera de enfrente hay palestinos tú no lo has elegido. De hecho, para escribir esta novela pensé en tres escenarios posibles: la región de los grandes lagos, cuando las matanzas entre tusis y hutus; pensé en la Yugoslavia, la guerra entre que enfrentó a serbios, bosnios, croatas… y pensé en Oriente Medio, porque lo que quería escribir sobre cómo venimos al mundo en una realidad que no hemos decidido.
E.P.: Al principio los personajes son arrastrados por las acciones, los progromos zaristas los empujan. Luego ellos empiezan a decidir sus acciones, a pesar de las circunstancias históricas, ¿le costó equilibrar que los personajes caminaran por sí mismos antes de verse movidos por la historia?
J.N.: Yo he querido que la novela fuera una novela de personajes y que fuera una novela en la que la mirada fuera de las personas y que la gran historia fuera el escenario. No me interesaba la gran historia como leit motiv sino que me interesaba la pequeña historia, la que afectaba a los personajes.
E.P.: Ha elegido un marco histórico muy potente.
J.N.: He elegido un marco complicado pero te confieso que di muchas vueltas hasta tomar la decisión. Sobre todo lo que me importaba es lo que afecta el marco a las personas de hecho…, la novela termina en 1948 porque no quería hacer una novela sobre el conflicto judeo/palestino sino que quería hacer una novela en el contexto de un nos personajes que se encuentran en unas circunstancias que no han elegido, en un territorio que les ha tocado en suerte… Es decir, me interesaba más el conflicto de esos personajes, el conflicto personal, el cómo se sientes abrumados por los acontecimientos y que no depende de ellos. A mí me parece igual de potente el marco de la historia de la familia palestina y la interrelación entre familias y personajes como el entorno que les rodea.
E.P.: El entorno histórico y social está muy construido y quizás por eso le preguntaba si tenía raíces judía.
J.N.: Pues, en todo momento he tenido muy claro que fuera una novela de personajes y que quería que los lectores simpatizaran con las dos familias. No quería hacer una novela que marcara la diferencia sobre si unos son más buenos y otros son más malos. Quería que el lector fuera empatizando con lo que le cuentan unos y le cuentas otros porque lo que les cuentan, los unos y los otros al lector, no son otras cosas que sus vidas cotidianas, el cómo tienen que ir luchando contra el día a día y cómo eso días están marcados por acontecimientos y circunstancias que no han elegido. Nosotros no hemos elegido vivir en esta crisis económica, a mí no me interesaría escribir sobre el día que Lehman Brothers cayó y lo que decidió Obama o el FMI… Ese sería el escenario. a mí lo que me importaría contar es cómo se mueven los personajes en un contexto en el que todos los valores están en crisis y cómo lo viven.
E.P.: También es un escenario perfecto y actual.
J.N: Elegí ese marco porque conozco mejor Oriente. La región de los grandes lagos no la conozco, es un sitio que me he obligado a ir y está pendiente y en estos momentos no tenía el espíritu para haberme ido allí y hubiera necesitado tiempo para haberme empapado de aquella sociedad. Yugoslavía, la exYugoslavia, la conozco. La conocí con Tito (el Mariscal Tito) y después de Tito. Tuve la suerte de viajar en dos momentos importantes y tengo esa doble visión y luego Oriente Medio que yo, como periodista, ya había visitado en numerosas ocasiones y por eso elegí ese marco territorial y parte de los acontecimientos históricos. No es por nada es especial pero era el que yo más conocía.
E.P.: Al inicio, uno de los personajes empieza a narrar la historia de su familia y lo hace desde la primera persona, a continuación los hechos empiezan a ser narrados desde la distancia que tiene el novelista y nos alejamos del personaje para entrar de lleno en los acontecimientos, ¿habrá tenido que trabajar mucho los recursos narrativos, verdad?
J.N.: Es la novela más difícil que he escrito, la más compleja en personajes, en hechos históricos. Hay muchos personajes, e intentado evitar anacronismos… Desde el punto de vista técnico, el mover todos esos personajes como si fuera un campo de batalla me ha costado. He escrito rodeada de papeles, libretas…, era como un ejército que desplegaba y que iba moviendo por escenarios tan distintos y complejos. Tenía post-it en todos los sitios, es la novela que más me ha costado. Y claro, te pones a trabajar y dices qué hago con este personaje que habla en primera persona y que su voz no suene a la de otro personaje o que los acontecimientos le afecten de otra manera… yo necesitaba que todos los personajes se expresaran y se movieran de forma natural y que el lector captara esa naturalidad de sus voces y acciones. Yo intentaba que el lector no sufriera un salto en el vació en esos cambios narrativos y la lectura fuera fluida y natural. Sí fue un trabajo importante la construcción de la arquitectura de la novela.
E.P.: Respecto a sus anteriores trabajos, esta novela marcada una diferencia.
J.N.: Sí, he trabajado muchísimo. Fueron 3 años de intenso trabajo, no solo en la escritura si no también en la corrección supervisión. Es la novela que más he corregido. Con ‘Dispara, yo ya estoy muerto’ hay una relación muy intensa, muy emocional.
E.P.: Felicidades por su nuevo trabajo, y su éxito entre el público, y gracias por atender nuestra publicación.
J.N.: Gracias a vosotros y a los lectores valencianos por el cariño a mis novelas.
El Péndulo de VLCNoticias/Jimmy Entraigües