La diputada de Bienestar Social, Amparo Mora, recibió en la jornada de ayer a la pintora valenciana Amparo Cuesta, que cumplió cien años y que, a pesar de pequeños achaques por su edad, todavía sigue en activo.
Amparo Cuesta Frechina ha vivido un siglo lleno de acontecimientos siempre desde la perspectiva del arte. Creció en el taller de escultura de su padre, el escultor Francisco Cuesta, y pronto supo que quería dedicarse al dibujo y la pintura.
La pintora centenaria, cuya reseña biográfica está en el ‘Diccionario de artistas valencianos del siglo XXI’, le ha explicado a la diputada que en 1931 ingresó en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos V de Valencia y que durante su etapa académica obtuvo 3 matrículas de honor y 3 premios Roig.
Una mujer avanzada a su tiempo
Siendo sólo tres mujeres las que compartían clase con el resto de hombres, Cuesta ha contado que en aquella época le decían a su madre que cómo dejaba a su hija pintar hombres desnudos y la pintora explica que “sólo mirábamos las proporciones, el arte y había mucha gente que no era capaz de ver más allá”.
Tras la guerra civil, Amparo se casó con un ex combatiente y tuvieron dos hijas que también han heredado su amor por el arte, así como sus nietas que se dedican a la pintura y la literatura.
Cuesta se ha mostrado muy agradecida por la atención que ha tenido la diputada al recibirla en su despacho, por sus afectuosas palabras. Amparo Mora le ha dicho a Amparo Cuesta que “para mí es un honor recibirla y escuchar cómo cuenta sus vivencias con tanta claridad porque de personas como usted tenemos mucho que aprender”. Además, le ha dicho que “habiendo sido una artista premiada en cuatro ocasiones por la Diputación no podíamos más que celebrar su cien cumpleaños hoy aquí”.
Amparo Cuesta fue galardonada durante los años 70 con varios premios y distinciones, entre las que destacan el Primer Premio del Concurso Provincial, en 1971, y el Primer Premio Trofeo de la Diputación de Valencia durante los años 1972, 1974 y 1975.
Mora ha destacado “su fortaleza y sus ganas de seguir luchando por su sueño, ya que a sus cien años sigue pintando y me ha prometido que cuando barnice su último cuadro lo va a traer a la Diputación.
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